domingo, 14 de febrero de 2016

No me olvides…



Por: Alexiel Vidam

Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos) es la película romántica más anti-San Valentín que existe… y de las que te hacen llorar sin culpa. Golpea de entrada con sus ambientes congelados y una frase de inicio tan cruda como “Hoy es un día inventado por las compañías de tarjetas para que te sientas como basura”. Todo empieza en San Valentín de 2004.

Joel es un tipo de unos veintitantos años (o tempranos 30) que se siente completamente vacío. Deprimido, aburrido de su propia vida. Hasta que conoce casualmente a Clementine, una mujer que de entrada nos revienta el ojo con sus mechones azul-fosforescentes y una casaca naranja-encendido. Pronto descubrimos a una personalidad muy acorde con sus eufóricos colores: Clementine es atrevida, habladora, hiperactiva, inestable… loca… interesante… cautivadora. Ella enciende la chispa vital en el apagado Joel, quien pronto se siente atrapado por su peculiar carisma.


Todo parece feliz, sobre todo después de los chistes de “casados” y una mágica cita sobre el hielo. Justo en ese momento, el filme nos sorprende con una repentina invasión de imágenes confusas.

Primero un extraño se acerca de la nada al auto de Joel a preguntarle si necesita algo. Luego hay un corte, y tras él observamos a Joel destrozado en llanto. Después… comienzan a aparecer los créditos de la película… y nos preguntamos qué demonios está ocurriendo. Obviamente, la película no ha terminado… sino que continúa, o reinicia. Esta ruptura brusca en la sucesión de imágenes quiebra la sensación de encontrarnos frente a un drama de romance tipíco. De hecho, a partir de ahora notamos que la estructura para nada es lineal; se trata de un complejo rompecabezas que uno debe comprender y rearmar a través de flashbacks. La historia de Joel y Clementine tiene un inicio distinto al que perciben nuestros ojos en un inicio… es algo que poco a poco vamos entendiendo.


Por el contrario de lo que podríamos esperar de un guión experimental, cada uno de los diálogos y escenas consigue calarnos con una facilidad única, generando un gancho emocional instantáneo entre el espectador y los personajes. Rápidamente amamos-odiamos a Clementine, y nos sentimos identificados con el desgarro y la inseguridad de Joel. Ambos personajes, de algún modo, están buscándose a sí mismos, tratando de encontrarse en el otro; al encontrar matices tan distintos en ciertos aspectos, se sienten perdidos. Esta sensación llega a ser tan fuerte avanzada la relación, que se auto-sabotean y optan por lo que todos hemos deseado alguna vez en que nos hemos visto con el corazón hecho pedazos: olvidar; olvidarlo todo por completo… olvidar incluso que te conocí.



¿Pero qué sucedería si esto pudiese cumplirse de manera real y al pie de la letra…?

¿Qué pasaría si algún científico loco surgiera con una máquina capaz de borrar ese episodio…?

Y la pregunta final… ¿Qué pasaría si de último instante nos arrepintiésemos? ¿Si deseásemos aferrarnos a esos recuerdos, y viésemos cómo éstos se deshacen progresivamente en nuestra cabeza?


La angustia que transmite el filme es brutal. Pero también es un golpe seco de reflexión, que rompe con el cliché hollywoodense de amor ideal que muchas personas parecen haber tragado. Esta película plantea el amor como una cuestión enrevesada, con una etapa idílica y una etapa infernal, donde en el esfuerzo de ambas partes radica el llegar a conocerse y a comprenderse a fondo.


Como punto aparte, quisiera señalar que es una impresionante y grata sorpresa encontrar a Jim Carrey en un papel serio (sí señores, por si aún no lo han reconocido en las fotos, él es Joel). Por el contrario de lo que podría esperarse, transmite con precisión todo el desgarro de su personaje. Kate Winslet siempre da en el clavo con sus actuaciones. De ella sólo se puede decir que una vez más hace honor al peso que lleva su nombre.

Una película tan gélida como sus ambientes, sobrecogedora como su música… tan cálida como el verdadero fondo de sus personajes. Véanla.


Ficha técnica:

Dirección: Michel Gondry
Producción: Steve Golin, Anthony Bregman
Dirección artística: David Stein
Diseño de producción: Dan Leigh
Guión: Charlie Kaufman
Idea original: Charlie Kaufman, Michel Gondry, Pierre Bismuth
Música: Jon Brion
Fotografía: Ellen Kuras
Montaje: Valdís Óskarsdottir
Reparto: Jim Carrey, Kate Winslet, Elijah Wood, Mark Ruffalo, Kirsten Dunst, Tom Wilkinson
País: Estados Unidos
Año: 2004
Idioma: Inglés
Género: Drama, romance, ciencia ficción

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