Hoy por la tarde es
la entrega del Oscar… y siento que viene con sorpresas.
Todos los años, mi queja sobre la premiación era la misma;
acerca de sus marcados clichés de selección: estructuras narrativas clásicas
(inicio-nudo-desenlace), estilo audiovisual con bajo nivel experimental, y una
inclinación subrayada hacia los dramas de superación y siempre acorde con el american
stablishment (su política, su religión, sus tradiciones).
El pasado 2015, sin
embargo, empezó a delinear unos cambios interesantes. Prueba inminente de
ello, fue la agradable sorpresa del triunfo de Birdman –filme totalmente atípico- en la categoría Mejor Película.
Este año, las
transformaciones parecen seguir su curso. Otra película de Iñárritu destaca
entre las favoritas (El Renacido, protagonizada por el seis veces nominado Leonardo DiCaprio). Tenemos también una película de acción
como Mad Max: Fury Road compitiendo por el máximo galardón, lo cual escapa del
tradicional gusto “Drama Queen” que caracterizaba a la Academia. Está también The
Room, desgarradora historia de estética experimental que por escenas
raya con la alucinación. Y por supuesto, también habría que destacar ejemplos
como Spotlight
o Puente
de espías, que, conservando el clasicismo en el estilo de narración, se
muestran rebeldes con sus temas, criticando formalmente la doble moral
norteamericana.
Spotlight (En primera plana, en Latinoamérica) |
El cambio, por supuesto, también se extiende de manera
evidente a otras categorías. Mientras que en 2013 una película como La Vida de Adèle –ganadora de la Palma
de Oro- fuese ignorada por su temática homosexual, hoy tenemos películas abiertamente gays y trans compitiendo destacadas
categorías como la de “Mejor actor”, “Mejor actriz” y “Mejor actriz de reparto”;
me refiero a Carol y La Chica Danesa. Si bien es cierto
que las competencias deberían siempre basarse en la calidad estética y
narrativa de las películas a la hora de juzgarlas, no podemos negar que la
ideología es propia de la capacidad reflexiva del ser humano, y que los cambios
mentales al interior de la sociedad, de algún modo también afectan en los
criterios de la misma para juzgar el arte. Y aunque hay mucho por evolucionar
todavía, es evidente que nos encontramos en tiempos más justos y libres, lo
cual de todas maneras se aplaude.
Carol |
Si me preguntaran cuál es la película que va a ganar… casi
puedo apostar a que será El Renacido, intuición basada en
todo este “vuelo mental” sobre la evolución en proceso. El Renacido es una película que arriesga a nivel
estético (juega con distintos tipos de
ángulos y movimientos de cámara, así como con ciertas escenas algo
contemplativas), pero nunca tanto a nivel narrativo (mantiene la estructura
clásica). También es un filme que resalta aspectos que suelen agradar a
Hollywood, como las actuaciones, la fotografía, y elementos de producción (selección
de escenarios, vestuarios, fondos musicales). En otras palabras, se trata de una obra destacada a nivel técnico,
novedosa en cuanto a ciertos recursos estéticos, pero lo suficientemente
apegada a las normas como para no escandalizar el ojo tradicional. Es, entonces,
un filme adecuado para la "transición”.
Ahora, en cuanto a mi
opinión personal sobre las nominadas (de acuerdo a mi propio paladar), me quedo
con Spotlight y con Room; con la primera, por su
temática sumamente interesante, su trama intrigante de inicio a fin y por su
resaltante sentido crítico (esta película va sobre la investigación de la
revista Spotlight acerca de los casos
de pederastia encubiertos al interior de la Iglesia Católica); con la segunda,
por su precisión para transmitir el desgarro, el miedo y la enajenación que
experimenta la madre en cautiverio.
Discrepo, por otra
parte, con la nominación de La Gran
Apuesta, película que se me hizo extremadamente lenta y aburrida, y que
ni siquiera pude soportar hasta el final (si bien el tema de las crisis y los
fraudes económicos puede ser muy interesante, me estresa cuando usan infinidad
de conceptos poco afines con el mortal común que desconoce sobre temas
financieros). Siendo sincera, tampoco me
gustó Mad Max: Fury Road, a pesar
de las alabanzas del público y de la crítica (la mas "contreras"), y de que sí me
llegué a enganchar con sus precuelas (protagonizadas por Mel Gibson allá por
los años 80). Esta película se me hizo extremadamente lineal, densa y simplona
en cuanto a desarrollo de trama y construcción de personajes (aprecio, sin
embargo, su excelente fotografía y reconozco lo interesante de una propuesta
distinta en la lista de nominadas).
Mad Max: Fury Road |
Brooklyn |
Con estos comentarios, cierro el post y me preparo para la
entrega del Oscar –dentro de unas horas-, echándole
las mejores vibras a DiCaprio para que esta vez se le reconozca, a Cate Blanchett y Alicia Vikander como mis
favoritas para “Mejor actriz” y “Mejor actriz de reparto”
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