Por: Alexiel Vidam
He visto Mad Max: Fury Road (George Miller - 2015)
dos veces… Una vez en el cine –por el entusiasmo de un amigo hincha de la saga
setentera-, y otra vez en mi
computadora, por un esfuerzo personal de encontrarle la genialidad… o de
corroborar mi mala impresión de la primera vez.
Siendo sincera, no he podido comprender el motivo por el
cual la crítica le ha reventado tantos cohetes a esta película, ni por qué
hasta el momento no he encontrado una sola crítica por lo menos equilibrada
sobre sus puntos a favor y en contra. Así que, bajo el riesgo de convertirme en blanco de bullying virtual, explicaré por qué motivos Mad Max: Fury Road, me ha parecido uno de los filmes más aburridos e
insípidos que he visto en bastante tiempo.
Para comenzar, una
trama floja, plana, prácticamente sin puntos de climax. La narrativa es
extremadamente lineal y el argumento simplista: Estamos en un futuro
postapocalíptico. Las guerras nucleares han convertido el mundo en un desierto
donde los objetos más preciados son el agua y la gasolina.
Hasta aquí vamos bien, hay que admitirlo. La forma de
presentar este futuro es distinta a la de otros universos distópicos; algo así
como un retorno a la Edad Media, pero con vehículos gasolineros (vale decir
también, que el concepto es el mismo de los Mad
Max de los 70s, de modo que hasta ahí, lo que tenemos es solamente un respeto
a las raíces).
Sin embargo, el
inicio entusiasta se queda en ello: en el inicio. Tras ello la historia se desinfla rápidamente, en gran medida, por la
falta de profundidad de sus personajes.
Max |
Luego, está Furiosa,
interpretada por Charlize Theron.
Todas las críticas que he leído hasta el momento
(bastantes), se han detenido a elogiar al personaje, dado que –según ellas-
representa la encarnación del feminismo en pantalla. ¿A qué se debe esto? Lo
único que se me ocurre, es que se refieren a que ella le roba bastante cámara al
protagonista. Si bien la película pertenece al universo de Mad Max (remarcando el nombre de Max en el título de la saga), el
verdadero foco parece ser Furiosa. Ella ha sido una de las secuaces de Immortan
Joe (el tirano de turno) y, por alguna razón inexplicable, justo ahora –después de años de sumisión-, ha decidido huir y rescatar de paso a tres “reproductoras” (esclavas bonitas con cero
materia gris que le dan hijos a Immortan Joe).
Furiosa |
Vale. Hay que reconocer
que Furiosa crea el “problema”; da el giro y, por lo tanto, crea el nudo de la
historia. Aun así, me parece que es sobrevalorar excesivamente al personaje,
decir que gracias a ella el filme aporta algún mensaje feminista. Furiosa
es una mujer ruda y con ciertos rasgos de valentía, pero esta valentía, la
intuimos únicamente de su acto de rebelión. Entendemos que, para oponerse a
Immortan Joe, ella tiene que ser valiente. No obstante, tampoco conocemos ni de lejos al personaje. Sólo sabemos que fue secuestrada
y obligada a convertirse en comandante. Nunca
suelta alguna frase memorable; tampoco presenta matices, y en realidad lo único
que la convierte en foco de la historia, es el hecho de saber pelear y que conduce
la camioneta la mayoría del tiempo. Fuera de eso, no hace nada interesante.
Y de las otras féminas que la acompañan, ni qué decir… De esas tres se nota que
sólo han servido para procrear, porque ni siquiera demuestran la convicción
suficiente en el deseo de ser libres. Prácticamente, Furiosa las arrastra.
Otro personaje al que podríamos considerar “importante” (ninguno
hace más que pelar, huir y manejar autos), es Nux (Nicholas Hoult), un “warboy” (en cristiano perucho, un “carne
de cañón y chupamedias del tirano”). Este warboy presenta carácter más voluble
que el de una quinceañera, pues al
principio le vemos vitoreando y defendiendo a capa y espada a Inmortan Joe, con
un fanatismo casi religioso; sin embargo, de un momento a otro (“de la nada”,
me atrevería a decir), decide que Immortan Joe le aterra y que podría quitarle
la vida. ¿Qué hace entonces? Unirse al bando de los “buenos”. Ahí,
inexplicablemente es recibido con tanta cordialidad, que hasta una de las
huequísimas reproductoras –olvidando completamente que Nux era su enemigo-, le sujeta
en brazos y le besa (*kill me right now*).
Nux y reproductora |
Y en la otra esquina, está el villano: Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), un tirano cuyo único rasgo de
autoridad es, verdaderamente, su repugnante apariencia física. Además de su
figura grotesca y sus formas vulgares, no hay nada en él que provoque temor o
transmita superioridad. Tampoco sucede, como en las historias de terror o
suspenso, que nos sintamos acosados por la presencia de un antagonista que
parece omnipresente. Por el contrario, Immortan
Joe casi no tiene presencia en el filme. Le vemos aparecer en la introducción
de la película (quizás el único momento en que refleja cierto poderío); luego
tiene alguna entrada y salida insignificante en el medio (manejando autos –como
todos los demás personajes-, o haciendo algún berrinche porque se le han
escapado sus mujeres), y reaparece otra vez recién al final, en una patética
caída. Por donde se le mire, un villano
sin peso.
Immortan Joe y sus waboys |
La forma en que se
presentan los hechos tampoco es –en absoluto-, verosímil; es más bien sosa e
incluso absurda dentro (de su propio contexto).
Los personajes sabotean un plan de Immortan Joe y emprenden
la huida. Son seis insignificantes gatos huyendo por el desierto (de los cuales
tres son las reproductoras, cuya inutilidad es total para el combate). Después
se les unen dos viejas que también están casi de adorno, pues lo único que hacen
es redundar en que el mundo se ha ido al demonio, y en que no hay escapatoria
(todo de forma muy rápida y sin entrar en detalles que aporten al menos un poco
de dramatismo). Tras esto, resulta que, luego de la corredera de casi dos horas
por el desierto, los ahora siete gatos (cae uno) tienen que volver al punto
inicial, para tomar la ciudadela de Immortan Joe. O sea, que no sólo la corredera ha sido en vano, sino
que ahora se espera que nosotros –espectadores-, nos traguemos que los siete
gatos que al principio huían asustados, vayan a poder vencer –ahora sí, como si
nada- a Immortan Joe y tomar el mando de la ciudadela entera (donde, por supuesto,
Immortan Joe tiene muchísimos fieles). Ridículo.
Por si fuera poco, las
peleas casi ni se aprecian. Todo es
explosión y choque de autos (sin mucho detalle) o masas de cuerpos indistinguibles; no hay adorno ni apreciación
clara de combates uno a uno. Tampoco
hay identificación con los personajes, de modo que, cuando uno muere, el
espectador no se siente afectado.
Los únicos puntos
rescatables que he encontrado, son la fotografía y la música. Hay que
admitir que estos últimos sí son puntos fuertes, pero, por lástima, por mejores que sean, no consiguen rescatar un guión
extremadamente flojo y sin picos.
...Honestamente, el trailer vende mucho para lo que en verdad es...
#Fin
#Fin