Por: Alexiel Vidam
Acabo de ver un cortometraje peruano que me ha llamado
bastante la atención. Se trata de Averno, de Christian Bayron, película de zombis que se está presentando actualmente en el festival Cortos de Vista de
Chiclayo.
La verdad es que cuando se me presenta una película de
género “made in Peru” –más aun tratándose de un género tal exigente a nivel
visual como es el horror-, mi primera impresión, es de desconfianza. Pienso
que, en la mayoría de casos, los
recursos que ofrece nuestro país para ese tipo de historias, es escaso, y
que muchas veces una deficiente producción puede restarle verosimilitud a una
buena historia. La verosimilitud es fundamental para que uno, como espectador,
se “trague el rollo”.
Averno me dejó positivamente sorprendida. Para empezar, porque
no se trata de una típica película del tipo, con una horda de muertos vivientes
acosando a un grupo de aventureros. Es
una historia bastante más íntima, sobre una pareja desesperada, amenazada
por una extraña enfermedad.
Los zombis, como manada amenazante, de hecho, no aparecen, pero se siente su presencia en el ambiente. Lo que vemos ante nosotros, es a un joven angustiado por poner a su novia a salvo. Abigaíl ha sido atacada por una extraña pandemia que descompone los cuerpos, convirtiéndolos en cadáveres animados y hambrientos de carne humana.
Percibimos la angustia de ambos a través del proceso de transformación de ella. Percibimos la culpabilidad de Abigaíl y su deseo de acabar consigo misma. Buen trabajo de expresión el de los actores.
Los zombis, como manada amenazante, de hecho, no aparecen, pero se siente su presencia en el ambiente. Lo que vemos ante nosotros, es a un joven angustiado por poner a su novia a salvo. Abigaíl ha sido atacada por una extraña pandemia que descompone los cuerpos, convirtiéndolos en cadáveres animados y hambrientos de carne humana.
Percibimos la angustia de ambos a través del proceso de transformación de ella. Percibimos la culpabilidad de Abigaíl y su deseo de acabar consigo misma. Buen trabajo de expresión el de los actores.
El trabajo audiovisual,
tiene sus pros y sus contras. Por una parte, me gusta mucho la forma en que se ha trabajado el color: tonos
desaturados, grises, marrones opacos… el
reflejo de una realidad deprimida, asustada, decadente. Hay una excelente combinación con el sonido,
además.
El chirrido, el barullo, el sonido de interferencia del televisor; todo eso manejado como sonido en off mientras vemos a los protagonistas en medio del drama. Esto provoca tensión, ansiedad; nos transmite la confusión de los personajes. El juego de desenfoques, distorsionando el fondo o el rostro de alguien, termina por construir una atmósfera nebulosa, de pesadilla.
El chirrido, el barullo, el sonido de interferencia del televisor; todo eso manejado como sonido en off mientras vemos a los protagonistas en medio del drama. Esto provoca tensión, ansiedad; nos transmite la confusión de los personajes. El juego de desenfoques, distorsionando el fondo o el rostro de alguien, termina por construir una atmósfera nebulosa, de pesadilla.
Del lado contrario, creo
que el maquillaje tiene que mejorar, o en todo caso el uso de la luz sobre el mismo (la iluminación puede enfatizar o atenuar la artificialidad). Hay partes en que se siente verosímil,
pero otras donde la falsedad es evidente; nos desconecta de la historia y
se pierde el dramatismo. En algunos planos cercanos se percibe que la descomposición
del rostro de Abigaíl es irreal. Cuando acaba de convertirse en zombi tampoco convence del todo.
Sin embargo, esto se ve sopesado por la forma en que se alternan las imágenes de ella vuelta cadáver y ella cuando es humana, en una escena con su novio. El choque es fuerte; impacta, toca. Precisa también la toma del vómito. Brutal, grotesca, mórbida. Similar a una escena de La Mosca, de Cronenberg, como quien revela alguna posible referencia del autor del corto.
Sin embargo, esto se ve sopesado por la forma en que se alternan las imágenes de ella vuelta cadáver y ella cuando es humana, en una escena con su novio. El choque es fuerte; impacta, toca. Precisa también la toma del vómito. Brutal, grotesca, mórbida. Similar a una escena de La Mosca, de Cronenberg, como quien revela alguna posible referencia del autor del corto.
Sin duda, Averno es un corto que eleva la expectativa
de un mayor desarrollo de género en nuestro país. Los invito a echarle una
mirada.
Dirección:
Christian Bayron
Producción
ejecutiva: Jorge Vilcapoma “Gokú”
Sonido
Directo: Daniel Villodas
Fotografía:
Christian Bayron
Cámara: Alessandro Blacker, Christian Moscoso, Daniel Villodas
Reparto: Roberto Cuba, Pamela Paredes,
Daniel Menéndez
Maquillaje y efectos especiales: La Morgue FX
Montaje: Make a Dream FX
País: Perú
Año: 2015
Género: Drama, horror, ciencia ficción
Duración: 7 minutos 8 segundos
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