Brayan Adán Dante Saenz Quispe es el Deadpool peruano. Últimamente le
hemos visto posereando entre las páginas de la revista Somos; también tuvimos
el honor de tenerle como co-presentador en Cinemafic y en la obra benéfica
Cinematosis Navideño 2015. En la vida real, Brayan es un joven de 22 años que
trabaja como técnico informático, pero sueña con desarrollarse como diseñador
gráfico y cosplayer profesional. Lo que pocos conocen de él, es que también es
un superhéroe de medio tiempo. Al igual que el Deadpool original, Brayan tiene
su particular estilo de impartir justicia, y aprovecha su personaje para dar
rienda suelta a su disparatado sentido del humor.
¿Cómo empezaste en el mundo del Cosplay?
Hace 3 años. A mí siempre me ha gustado el anime, el manga,
las películas sobre cómic. En ese entonces había
visto una película que se llama Watchmen;
me encantó la trama. Me encantó más que nada el personaje de Rosrchach porque
es bien tétrico. Entonces un día veo en face que hay un evento llamado Lima Comics,
y me dije “voy a hacer de Rosrchach”. Yo
en ese entonces no sabía mucho de cosplay; no tenía telas, no sabía coser ni
nada. Pero tenía unos zapatos parecidos, tenía el pantalón… La gabardina que
usa él la busqué entre la ropa de mi mamá. Ella tenía una que estaba guardada
hace tiempo, y me dije “ah, yo la uso”. Luego empecé a buscar un sombrero igualito.
Me fijé en todos los detalles, hasta en el botón abierto del hombro del personaje.
Mi papá incluso acababa de comprar unos guantes de cuero para el frío y le pedí
que me los preste. La máscara la
improvisé con la manga de un polo blanco; la corté, y me la puse en la cabeza
así de frente; pinté en mi cara la sombra negra que tiene Rorschach y luego
cosí la parte de la cabeza. Cuando llegué al lugar, no sentí roche. Me gustó porque la gente se acercaba y me
decía “foto, foto”, y yo hacía todas las poses. Desde ahí me gustó el
cosplay; interpretar al personaje, copiar su caminada, su forma de hablar, era
una experiencia fascinante.
|
Con su primer cosplay. |
¿Cómo se convierte Deadpool en tu personaje de cabecera?
Siempre me han gustado los comics y
para ser franco siempre me
ha encantado el Hombre Araña; desde la infancia, cuando veía el dibujo en Fox
Kids y me la pasaba pegado. Pero en ese entonces había también un personaje
llamado Masacre (Deadpool en la versión traducida), que había visto en un comic
que me habían regalado. Me gustaba mucho porque se regeneraba y era todo
irreverente. Empecé a averiguar sobre él y quise hacer su personaje, pero pensé
que era difícil por el traje de licra; no sabía adónde mandarlo a hacer… y lo
postergaba. Pero luego veo que va a salir la
película Deadpool, y
lo bueno de las películas recientes sobre
cómics, es que los trajes son más reales; entonces es más fácil ser fiel al
traje. Para esto, todos cuando me conocen me dicen “oye, tu personalidad se
parece a la de él”, porque
soy
egocéntrico, un poco descontrolado, hago reír… Así que me fui a comprar una
tela parecida según lo que había visto en los adelantos de la película.
Mientras compraba la tela ya estaba pensando en qué iba a hacer, cómo iba a
hablar, cómo iba a posar… Para esto, ya había visto bastantes fotos de él.
Curiosamente Deadpool también es fan de Spider-Man…
Claro, apenas lo supe dije “ya que soy fan de Spider-Man, voy a hacer a Deadpool que también es
fan de Spider-Man”.
¿Qué es lo que más te gusta de Deadpool?
Su personalidad. Que no siempre está quieto, que a veces no
dice cosas coherentes. Estás hablando de un tema serio y él está haciendo otra
cosa, como que no le interesa. Muestra una chispa que da gracia. Además, me gusta que tenga su propia ley; por
lo mismo que es un mercenario, suele matar por plata, pero si ve que alguien
necesita ayuda, él ayuda; tiene su lado bueno. Pero él no quiere una liga de superhéroes,
tiene su propia ley; es anti-reglas y justo yo también soy así. Algo que me encanta de hacer de él, es que
ya tengo la personalidad, pero al ponerme el traje puedo multiplicarla por
diez. Ser más egocéntrico, más chispa, más abierto; enfatizar mis
actitudes.
Hace poco supimos también que le pegaste a un choro.
Podríamos decir que en ese momento se te salió Deadpool… (Risas.)
Sí. Bueno, yo estaba por las Malvinas y había tipos que le
estaban robando a un pata. Yo no lo conocía, parecía un estudiante. Yo estaba
al frente de la pista, mirando cómo la gente pasaba y se iba de largo. Entonces
yo dije, “si yo estoy acá y tengo la
posibilidad de entrar, lo hago, porque necesita ayuda”. Fui hecho un loco,
le metí una patada a un choro, porque encima eran dos, y no era justo. Entonces
al que le estaban robando, se paró también y empezamos a pelear los dos. Uno de
los choros me metió un rodillazo en el ojo izquierdo, pero no sentí nada en el
momento, porque estaba con la adrenalina. Seguimos peleando. Uno de los choros
se fue corriendo y el otro se quedó en el piso quejándose. Entonces recién
pensé en que de repente venían más con armas y agarré al que le habían estado
robando; lo jalé del brazo y le dije “vámonos”. Nos fuimos corriendo. Él me
agradeció, me agarró la mano fuerte y me dijo “toma, te doy plata”, pero yo no
le acepté. Le dije: “Yo lo he hecho
porque pienso que tú también harías lo mismo y pienso que de repente más
adelante puedes ayudar a otro que lo necesite”.
Te arriesgaste bastante…
Si, en ese momento no pensé en las consecuencias. La verdad
es que siempre me han disgustado las
injusticias.
Pero Deadpool a veces también apoya a los malos, ¿verdad?
¿Finalmente de qué lado está?
Deadpool siempre ha
sido rebelde, pero después de todo el trauma que vivió, que le quemaron la
cara y lo dejaron tipo Freddy Krueger, se volvió peor. En verdad es cierto que
él mata por plata y a veces lo contratan los malos,
pero él tiene su propio código; si le piden que mate un niño, él no
lo mata; más bien le voltea la torta a los que lo contrataron. En verdad
entender a Deadpool es difícil; improvisa en todo, es alocado, su forma de ser
es descabellada. Por eso es difícil para los villanos hablar con él, o para el
Profesor X entrar en su cabeza, porque la tiene hecha un laberinto. Aun así, en
los últimos cómics que han salido ya se define para el lado de los buenos. Le
cuesta, pero lo hace.
Según tú, ¿qué es lo que debe tener un verdadero intérprete
de Deadpool?
Sus chistes negros. Y es lo más difícil de conseguir, en
verdad… Si yo le digo algo a una persona sin el traje, se puede molestar… con
el traje, lo puedo decir, pero como yo tengo una actitud más respetuosa y
amable, no lo digo… Lo digo adaptado, como para niños, que no sean chistes tan
pesados; evito los chistes raciales o muy sexuales, cosas que sí hace Deadpool.
Hace poco, por ejemplo, yo tenía una presentación en el ICPNA, y había niños,
entonces no podía soltar todos los chistes. Todos sabemos que Deadpool habla lisuras, saca el dedo medio, etc. Yo a
Deadpool lo he adaptado un poco. Hay momentos además en los que Deadpool
cae pesado; yo tengo que hacerlo más
simpático para el público. Puedo ser bromista, hacer mis gestos sensuales –como
él- mostrando las nalgas, abrazar tiernamente o hacer el signo de amor y paz.
Puedo saltar, jugar, tirarme al suelo, peor ahí nomás. Ahora, yo creo que un verdadero Deadpool debe ser capaz de
romper esa barrera.
Y exponerse a alguna paliza… (Risas). Con nosotros estuviste
en Cinematosis Navideño y en la premiación de Cinemafic… ¿En qué otras
actividades sueles participar?
Me gustan todos los
eventos de comics, películas, anime. Cuando hay eventos de beneficencia también
me gusta ayudar. Esa vez de
Cinematosis Navideño también me encantó porque
ayudé a los niños a ser felices. Me encanta esa expresión única que tienen los niños,
que se emocionan y cuando les tocas la mano te miran con cara de “esta mano no
me la lavo nunca”. Hubo otra experiencia de un evento de zombis en centro cívico; yo estaba de Cíclope-zombi y había un
niño y que le decía a su papá “¡Papá mira, un zombi, un zombi!” y yo me acerco
y le toco la mano. Se mira la mano y me mira y se queda parado como cinco
minutos; no se movía. Luego me abrazó y fue un abrazo súper sincero. Con esas
cosas me doy cuenta de que
el cosplay no
es sólo fotos, sino que en la interpretación transmites también sentimientos
únicos en la gente.
Podríamos decir que una de las cosas que más te llena es el
contacto con la gente…
Claro, incluso antes de empezar con los trajes, desde que
estaba en el colegio me gustaba hacer reír a las personas. Siempre me ha gustado que se sientan bien al lado mío, que sonrían, animarlos
para que se sientan alegres y con energía. Cuando vi que el cosplay podía
hacer eso pero multiplicado por diez, me encantó, me enganchó; iba con mi
personalidad.
Como cosplayer, ¿cuáles son tus aspiraciones a futuro?
Yo tengo muchas ideas, soy una persona que sueña bastante. Si
me vuelvo profesional y conocido en este mundo,
me gustaría ayudar a personas que también quieren hacer cosplay;
darles recomendaciones, motivarlos, asesorarlos. A veces los que recién empiezan
piden consejos a personas equivocadas que les desaniman o incluso los
discriminan. A mí me dicen “oye, qué genial tu traje, cómo lo haces”, y yo en
lugar de cerrarme, los aconsejo para que lo hagan incluso mejor que yo. Además,
tengo el sueño de viajar a diferentes
países con mis trajes y representar al Perú en las distintas presentaciones;
concursar o apoyar ahí como staff.
|
El chico bajo la máscara |
¿Piensas que el cosplay puede tener alguna especie de aporte
artístico, cultural o social?
Claro, tiene todo.
Aparte de que cuando haces al personaje, actúas, interpretas. Uno se
dedica; así como alguien que hace ballet prepara su cuerpo, sus pies, su agilidad.
En cosplay es igual, te quedas de amanecida haciendo tu traje y te metes en tu
cabeza al personaje que vas a interpretar; qué detalles qué gestos son los que
importan de ese personaje. Incluso hay quienes hacen una mezcla de sonido y
actúa en base a ello. Eso es un arte, prepararte para hacer algo que te gusta y
saber que la gente lo vería también.
¿Cómo te preparas?
Viendo imágenes del personaje. Obviamente el personaje me
tiene q gustar. Veo videos para ver cómo
gestualiza, qué es lo q más hace, cuáles son sus frases comunes. A veces
cuando estoy solo, hablo, me miro al espejo, veo qué gestos hago, cómo mover
las manos.
¿Cuánto tiempo toma tu preparación?
Soy una persona bien expresiva al momento de hablar y
actuar; no tengo pelos en la lengua, no me trabo, no me avergüenzo. Normalmente
una semana y media, quince días… dependiendo del personaje. Obviamente,
también, si el personaje me gusta, es
porque ya lo conozco, pero para interpretarlo, tengo que ver más detalles:
sus rasgos, su forma de hablar, su pose más conocida. En el caso de Deadpool,
sería echado, en una pose sensual.
Por último, ¿qué harías si fueses Deadpool por un día?
Primero haría lo curioso: probaría si soy inmortal y ver hasta
dónde puedo llegar. Probaría disparándome, acuchillándome, para ver si puedo
seguir vivo. Según eso, iría a hacer justicia, a ayudar a los débiles, a los
que me necesiten… Después, iría a la
televisión peruana y acabaría con los que dicen mentiras, calumnian… o incluso iría
hasta el Palacio de Gobierno y haría lo posible por evitar la corrupción.
Me imagino que al estilo de Deadpool… (Risas.)
*Para seguir más de cerca el trabajo de Brayan Saenz Quispe -el Deadpool peruano-, visita su fan page.
*También te puede interesar*