Por: Alexiel Vidam
Pasado mañana, se reestrena oficialmente La Naranja Mecánica (A Clockwork
Orange) en las salas de los multicines UVK. Colgándonos de este regreso de Alex
y sus “drugos” a la pantalla grande, les presentamos una serie de datitos
curiosos que quizás no conocían sobre el filme, y sobre la novela homónima en
que se encuentra basado.
La jerrrrga del futurro

Así como tú destruyes el español con tus cuchomil jergas
“barruntas”, Alex, el protagonista de
La
Naranja Mecánica, y su banda de malandros, destrozaban el distinguido y
elegante inglés británico mediante la
jerga
“Nadsat” (al menos la de ellos tenía
nombre, o sea que igual es más “cool” que la tuya), que no es otra cosa que una
mezcla entre ruso e inglés británico con un acentito Cockney, particular de los
londinenses. Si se les da por la novela original (altamente recomendable), verán
que estas palabras son más frecuentes que en la película, por lo cual deberán
recurrir al glosario de las últimas páginas para entender qué rayos están
leyendo. Aquí, algunas palabritas recogidas del filme y su significado según el
diccionario nadsat: “gulivera”
(cabeza), “devotchka” (mujer), “drugo”
(amigo), “moloko” (leche), “málchico” (chico). Además,
el bar que frecuenta el protagonista se llama “Korova”, que proviene
del ruso y significa “vaca”.
El tirano Kubrick
Kubrick es conocido
por pisotear el ego (y me atrevería a decir, la autoestima) de sus actores...
y sino, que lo diga
Malcom McDowell
(actor de
Alex DeLarge), quien tuvo
que soportar la presencia de Basil (la serpiente mascota del protagonista)
desde que el director descubriese su fobia hacia los reptiles. Por si fuera
poco sufrió un daño en la córnea mientras grababa las escenas del Tratamiento
Ludovico (de hecho, el doctor que se mantiene al lado de Alex durante esa
escena, es un doctor real que se aseguraba de que los ojos de McDowell no se
secaran demasiado); eso sin contar con que tuvo que repetir 74 veces la escena
final del filme (la más grabada de todo el guión). Según palabras del propio
McDowell,
“la calidad humana de Kubrick
no está a la altura de su talento; se comportaba con los actores como el más
terrible de los tiranos”.
Infiltrados
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Roman Polanski en La Naranja Mecánica |
Hay directores que son recooooooooontra poseros. Les encanta
aparecer en sus propias películas aunque sea de árbol. Entre ellos tenemos a
Alfred Hitchcock, Quentin Tarantino… y ni qué decir de Woody Allen. A Kubrick
no le gustba figuretear tanto como a los dos últimos, pero una que otra
aparición “caleta” al estilo de su colega Hitchcock, no le caía mal; y es que en la escena de Alex en la tienda de
discos, el hombre que está ahí parado leyendo la prensa, es, ni más ni menos,
que el mismo Kubrick. Y como a Kubrick le gustaba hacerle la “patería” a
sus “amiwis” directores, coló también a
su compinche Roman Polanski, nomás que en un rol menos bacán para que no le
robe cámara (Polanski es el hombre que
está siendo apaleado en la primera imagen del Tratamiento Ludovico).
El hombre naranja
No, no estamos hablando de la Antorcha Humana ni de tu amigo
vegetariano con vitaminosis, sino del verdadero
significado de “La Naranja Mecánica”. Seguro mil veces se habrán preguntado
por qué “La Naranja Mecánica”. Resulta, que se trata de una mala
interpretación. El título en inglés es “A
Clockwork Orange”, y “orange”, en inglés, significa “naranja”, pero en
verdad, el origen del título proviene de
la palabra malaya “ourang”, cuyo significado es “persona”. Anthony Burgess
(autor del libro) utilizó el término para realizar un juego de palabras y darle
un título a su obra, cuyo verdadero significado es “El Hombre Mecánico” (es decir, Alex después del Tratamiento
Ludovico).
Cantando bajo la lluvia

Cuenta la leyenda, que la canción
Singing in the Rain no
era parte del guión original (como podrán imaginar, esta canción tampoco
aparece en la novela), sino que
Mr.
Kubrick se acercó a Mr. McDowell (Alex) durante la filmación y le dijo: “Mientras lo golpeas, canta algo, lo que
más te guste, lo que sea”, y éste empezó a cantó
Singing in the Rain porque era la única canción que se sabía de
memoria. La cancioncita le salió cara al director, pues
tuvo que comprar los derechos de Singing
in the Rain por $ 10000 después de terminar la escena.
Libro VS. Película

Según el prólogo escrito por Anthony Burgess, existen dos
versiones de su novela: la inglesa, vale decir, la que él concibió en un primer
momento, y la norteamericana, a la cual se recortó el último capítulo por
decisión del editor.
La versión original
presenta un último episodio en el cual un Alex ya maduro y agotado de la “ultraviolencia”,
decide cambiar, por convicción propia.
A
Kubrick, al parecer no le gustó este final, y decidió quedarse con la versión
americana en la cual Alex sigue siendo un desgraciado natural y orgulloso de
serlo. Asimismo, como parte de la estética, el cineasta
añadió una serie de detalles fálicos que no
eran parte de la novela (por ejemplo, en la escena en que Alex se enfrenta
a la mujer de los gatos, la escultura original era un busto de Beethoven,
mientras que en la película se trata de un falo gigantesco); esto quizás, en
alusión a Freud, quien hablaba del instinto sexual como una enorme fuerza
impulsiva.
I am your father…
 |
Darth Vader... sin su armadura. |
¿Recuerdan al fornido
guardaespaldas de Mr. Alexander?... Ah, sí, Mr. Alexander es el escritor al
que Alex y sus drugos torturan casi al inicio de la película (en el filme nunca
se dijo su nombre). Este
fisicoculturista y experto en lucha libre, no es otro que David Prowse, el
archi conocido Darth Vader de la primera trilogía de Star Wars. Sí, él es
el hombre bajo la atemorizante armadura negra, como también el monstruo Frankenstein de la película Frankenstein and the Monster from Hell (el clásico de Terrence
Fisher). A pesar de su destacable musculatura, el actor cayó rendido ante el
sadismo de Kubrick, quien le hizo repetir hasta treinta veces una escena en
que llevaba en brazos a Patrick Magee (Mr. Alexander).
Cherries por aquí, cherries por allá…

Así como le gustaba posar en sus propias pelis, a
Kubrick le gustaba propagandearse al máximo
mediante sus mismos filmes (y es que la publicidad siempre es cara, y hasta
los cineastas platudos quieren ahorrar). Así, por ejemplo,
cuando Alex entra en su habitación e introduce una cinta de la
Novena Sinfonía de Beethoven,
la cinta
que extrae previamente pertenece al compositor Giorgi Lyghety, autor de la
banda sonora de 2001: Una Odisea en el
Espacio (filme anterior de Kubrick). Luego,
en la escena de la tienda de discos se aprecia nítidamente la portada
de la banda sonora de la misma película.
Chotes épicos
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¿Se lo imaginan como Alex DeLarge? |
Hacia 1968, Mick
Jagger, líder de The Rolling Stones, quiso
llevar la obra de Burgess a la pantalla grande, encargándose él mismo de
interpretar a Alex; los drugos, serían encarnados por el resto dela banda.
Anthony Burgess dio un reverendo y tajante “NO!!!”.
Imaginamos que a
Kubrick le habrá
parecido muy gracioso el tremendo chote, pero no tanto el que recibió después
por parte de la banda
Pink Floyd,
cuando
le solicitó utilizar la música de
su disco Atom Heart Mother para La Naranja Mecánica; ahí fue él quien
recibió el reverendo y tajante “NO!!!”.
Definitivamente con más ganas de ver la película, me acuerdo que leí la obra como dos veces y me encantó :) Aunque nunca llegué a encontrar el último capitulo y creo que fue lo mejor pues hubiese perdido su esencia, además que siempre prefiero los finales menos esperados...
ResponderEliminarAnaconda
Hola. Yo también leí la novela y me encantó, y cuando cheké el prólogo, incialmente pensé que el final original no iba a gustarme, pero sucedió todo lo contrario; sentí que ese final le dio todo el sentido a la obra, que, finalmente, plantea que el ser humano es capaz de elegir el bien libremente.
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