Por: Alexiel Vidam
Durante mi maratón cinéfila de Fiesta Patrias, me detuve a
pensar en los parecidos que presentan ciertas películas. En más de un caso,
hubo pifias por parte de los fans o de los mismos creadores de un u otro título.
Empecé a recordar varios nombres de películas que se me hicieron similares en
varios aspectos y decidí mandarme con esta comparación.
Aportes, sugerencias y otras rocas… en la cajita de “comentarios”.
Forrest Gump
(1994) VS. Mi Nombre es Khan (2010)
Los fondos de las películas son distintos: Forrest
Gump pretende mostrar diferentes pasajes de la Historia de Estados Unidos a través de la vida de un hombre. Por otra parte, en MiNombre es Khan, hay una crítica de fondo bastante fuerte: una denuncia a
la xenofobia y a la discriminación religiosa. A pesar de eso, en las formas de
narrar y de presentar a los personajes hay elementos que nos llevan a
compararlas.
Para comenzar: un protagonista con algún tipo de diferencia
mental que conlleva problemas de integración. En el caso de Forrest, un ligero retraso mental (“ligero” porque, a pesar de sus dificultades logra
terminar una escuela normal y graduarse de la universidad); Rizwan Khan padece el Síndrome de Asperger, que le impide
comprender los dobles sentidos.
Ambos tienen una
madre sumamente amorosa, que se encarga de explicarles el mundo y llenarles de
esperanza. En el caso de Forrest, Mamá Gump está presente durante casi toda
la historia, y él se pasa citando sus frases importantes. En el caso de Rizwan,
su madre muere casi al principio, pero le dejó una enseñanza que él recordará -y
nos recordará- a lo largo de todo el argumento: “Sólo hay dos tipos de
personas: las personas buenas, que hacen cosas buenas, y las personas malas,
que hacen cosas malas”.
Asimismo, ambos personajes emprenden una suerte de “tour” por diferentes lugares, donde
interactúan con gente que se ve
conmovida y marcada por su carácter bondadoso. De igual modo, las historias de ambos se ven
oscurecidas por algún suceso trágico,
pero culminan de forma relativamente feliz.
Battle Royale (2000) VS. Los Juegos del Hambre
(2012)
Battle Royale |
Cuando vi por primera vez el tráiler de Los Juegos del Hambre, mi
primera impresión fue de rechazo, ya que me recordó a Battle Royale, una película
japonesa que vi hace varios años y que me pareció excesivamente mala (antes de
que se me vayan encima varios fans de la novela original, quiero recaltar que
me refiero únicamente a la película, ya que aún no he tenido la oportunidad de
leer la obra literaria). Tuvo que pasar un buen tiempo para que decidiera darle
una oportunidad al filme en la novela de Suzanne
Collins (y como muchos sabrán, acabé por volverme hincha).
En Battle Royale, al igual que en LosJuegos del Hambre, se nos traslada a un futuro distópico en el cual varios
jóvenes son obligados a matarse los unos a los otros en una suerte de “juego”
salvaje, del cual sólo uno puede salir vivo. Sin embargo, los motivos que
llevan a la competencia y la manera en que esta se desarrolla y son bastante
distintas.
La “justificación” que se da en Battle Royale para crear
el juego, es que los adolescentes se han
vuelto unos salvajes incontrolables para los adultos. Esta explicación es dada
de manera muy corta, sin desarrollo alguno, y resulta bastante inverosímil
si tomamos en cuenta que los jóvenes presentados en pantalla son, en general,
débiles de carácter. Algunos son más rebeldes que otros, pero son cuestiones
típicas de la edad. Por supuesto, no falta por ahí uno que otro delincuente
juvenil, pero ello tampoco es algo completamente fuera de lo común (¿recuerdan Elephant…?). Este punto carece del peso
suficiente como para que un gobierno se tome la molestia de crear una ley
especializada en provocar asesinatos adolescentes. En Los Juegos del Hambre,
por el contrario, la cosa está mucho mejor armada; los juegos tienen varias funciones que consolidan el poder del
Capitolio: por una parte, castigar a
los distritos rebeldes, por otra parte, alimentar
de conformismo a los subyugados mediante la esperanza de ganar los juegos y
obtener riquezas; finalmente, crear una
nube de estupidización mediática.
Los Juegos del Hambre |
Por otra parte, está el modo en que se lleva la contienda.
En Battle
Royale, 50 alumnos
pertenecientes a un aula de clase elegida al azar, son dopados y trasladados a
una isla desierta. Al despertar, cada uno de ellos posee un collar adherido al
cuello. Este collar servirá para rastrearlos y explotará en caso de
que intenten quitárselo. Inmediatamente, son informados sobre su próxima
participación en Battle Royale. Cada uno de ellos recibe una mochila con comida, un lapicero, una brújula y un arma. Cada 24
horas debe haber un muerto, que será anunciado por megáfono. Si no hay
algún muerto en 24 horas, todos explotarán. La arena, por otra parte, está llena
de refugios y construcciones, lo cual facilita las posibilidades de
esconderse. El único riesgo que ofrece la arena en sí, son las “zonas de peligro”, que van variando
por horas y son anunciadas previamente. Si uno permanece demasiado tiempo en la
zona de peligro, explota.
Katniss acosada por las llamas (Los Juegos del Hambre) |
Alumnos con collar (Battle Royale) |
Finalmente, lo que para mí constituye la diferencia más importante, es el desarrollo de los personajes.
Este punto, junto con la justificación de la competencia, significan para mí el
motivo principal por el cual Los Juegos
del Hambre me parece una buena película y Battle Royale no. En Los Juegos del Hambre, llegamos a
conocer a los protagonistas e identificarnos con ellos. Conocemos un poco de
sus vidas, sus miedos, sus motivaciones más fuertes para sobrevivir, las
razones que les llevan a ser como son. Los antagonistas (tributos
profesionales) también son reconocidos y presentados con más claridad. En contraste, Battle Royale resulta
demasiado floja en ese sentido. La película presenta una cantidad exagerada de personajes (se trata de 50 participantes)
y pretende seguir a todos y cada uno de
ellos; como era de esperarse, no llegamos a conocer a fondo a ninguno, no se
logra una identificación y por lo tanto, los vemos caer sin pena ni gloria,
como si se tratase de simples marionetas (todo esto reforzado por las pésimas actuaciones). Por si fuera poco,
en que en Battle Royale se utilizan armas de fuego (en Los Juegos del Hambre, a lo más armas
blancas), lo cual debería volver más peligrosa la cuestión; irónicamente, las armas de fuego sólo provocan muertes más rápidas y menos
dramáticas (aceptémoslo, la mente es morbosa).
Muerte de Rue (Los Juegos del Hambre) |
Total Recall
(1990) VS. Abre los Ojos (1997)
En cuanto al argumento y temática, estas películas son muy
diferentes. Total Recall es una película centrada en la aventura espacial y crítica el abuso capitalista, mientras que Abre los Ojos es un drama
psicológico. Sin embargo, ambas comparten
un elemento particular que las asemeja y las incluye en el género de ciencia
ficción (recordemos que el cine en general es muy difícil de encasillar:
por el tema o mensaje puede recibir un tipo de clasificación, y por la
ambientación, una bastante dispar).
En Total Recall, Douglas Quaid tiene
una obsesión con viajar a Marte debido a un sueño que tiene repetidas veces. En
el sueño, él es un agente secreto y está acompañado por una hermosa mujer.
Debido a que su esposa no apoya sus deseos de viajar al planeta rojo, él decide
acudir a Memory Call, una compañía que
inserta “recuerdos” inventados por computadora, de modo que sueñas la
experiencia de haber visitado tal lugar y experimentas toda la emoción del
caso. Como era de esperarse, algo sale mal en el camino y a Quaid empieza a costarle distinguir la realidad, lo cual acaba
por enrollarle en una persecución espacial.
Total Recall |
En Abre los Ojos, César sufre un
accidente provocado por una ex amante, y queda con el rostro completamente
deformado. Ello le lleva a alejarse de la gente y a perder al amor de su vida.
Cuando su vida parece arruinada, todo empieza a solucionarse mágicamente: se le
logra reconstruir el rostro, vuelve con su novia y a salir con sus amigos.
Repentinamente, empiezan a acosarle extrañas alucinaciones con su rostro
deforme y su antigua amante suplantando a su novia. Empieza a enloquecer. De
pronto, todo nos lleva hacia la
resolución -bastante futurista, por cierto- de que quizás nada sea real… sino producto
de una alucinación provocada… y que quizás nada de lo que ve el personaje -ni
siquiera él mismo- se encuentra en verdad ahí (cuando las vean comprenderán mejor el parecido; por ahora prefiero no espoilear).
Perfect Blue (1997) VS. El Cisne Negro (2010)
Perfect Blue |
Ya hemos señalado en un post anterior que Darren Aronofsy –director de El Cisne Negro-
gusta mucho de Perfect Blue y
compró los derechos con la idea de hacer un remake. El remake no ha sido
realizado hasta el momento, pero muchos notamos las similitudes entre los
argumentos y el tratamiento estético de ambas películas.
Las dos películas tienen como protagonista a una joven de carácter frágil que se siente
presionada por el medio, por alguna persona cercana, y por algún tipo de
autoridad: en el caso de Mima, la protagonista de Perfect Blue, se trata del medio musical-actoral, su amiga Rumi (que
hace las veces de madre), y su manager; en el caso de Nina, personaje central
de El Cisne Negro, se trata del mundo
del ballet, su madre, y su maestro de baile. En ambos casos, además, la protagonista se siente obligada a “madurar
rápidamente” -en el sentido más sexual de la palabra-, incluso se le exige que experimente cierto grado de
“corrupción” para alcanzarlo. Como consecuencia del estrés y las
frustraciones personales, empieza a
sufrir de alucinaciones que culminan en tragedia.
El Cisne Negro |
A pesar de esto, no
estoy a favor de quienes señalan que El
Cisne Negro es una “copia” de PerfectBlue. Pienso que sí hubo inspiración (de hecho, Aronofsky llegó a
conocer a Satoshi Kon (director de Perfect
Blue), pero a partir de cierto punto, una película se distancia
totalmente de la otra, empezando porque El Cisne Negro se centra en un único personaje y sus demonios internos; se trata
por lo tanto, de un drama psicológico.
En caso contrario, Perfect Blue va más allá de los miedos de Mima; el terror
psicológico se mezcla con thriller al hallarnos tras la pista de un asesino
desconocido. Al mismo tiempo, se aprovecha para criticar el mundo del espectáculo e introducir un concepto bastante innovador para la época
(recuerden que la película fue estrenada en los 90s): el del “stalker”, el acosador cibernético.
Hombre Mirando al Sudeste (1986) VS. K-Pax (2001)
Hombre mirando al Sudeste |
En este caso, me arriesgo a decir que hubo más que una
coincidencia… De hecho, K-Pax fue denunciada por Eliseo Subiela, director de Hombre Mirando al Sudeste, ya que los argumentos y de ambas
películas y el tratamiento de los mismos son sumamente parecidos.
En Hombre Mirando al Sudeste, tenemos a
Rantés, un hombre internado en un
hospital psiquiátrico por afirmar que es un extraterrestre. A lo largo de todo
el filme, el personaje interactúa con su
psiquiatra, con otros pacientes y con una mujer a quien llaman “La Santa”.
Al mismo tiempo, se detiene en
reflexiones filosóficas y sociales, sobre la naturaleza humana y la
realidad argentina. De hecho, su capacidad intelectual y habilidad para crear
argumentos perfectamente estructurados van llevando a su doctor (y a nosotros
los espectadores) a la duda de que
Rantés sea -efectivamente-, un alienígena.
Rantés y su psiquiatra (Hombre Mirando al Sudeste) |
Lo mismo sucede en K-Pax. Tenemos a Prot, un sujeto que dice haber llegado del
planeta K-Pax, y que por este motivo, es internado. Al igual que en el caso
de Rantés, el vínculo más cercano de
Prot es con su psiquiatra, quien en determinado momento, sorprendido por la
inteligencia y los argumentos de Prot, empieza a dudar sobre su lugar de
origen. También en este caso, el supuesto
alien empieza a filosofar sobre la naturaleza humana y sobre los distintos
modos de actuar.
Prot y su psiquiatra (K-Pax) |
¿En qué se diferencian ambas películas? Para comenzar, en la producción y el tratamiento estético. Tratándose de un filme hollywoodense, K-Pax
tenía que involucrar mayor cantidad de
efectos especiales y juegos temporales (flashbacks con suepuestos recuerdos
de Prot); en este aspecto, Hombre Mirando al Sudeste, película
argentina, cuenta con un bajo
presupuesto y una atmósfera bastante decadente. La gama de colores fríos y
opacos transmite una atmósfera sucia, deprimente, mientras que K-Pax más bien nos transmite la
sensación de quizás hallarnos frente a algo asombroso.
K-Pax |
Al margen de esta ligera digresión, la historia es bastante
parecida, incluso en el desenlace abierto.