lunes, 31 de agosto de 2015

Cine de los miércoles presenta: Cine de miedo, pánico y terror



La Facultad de Comunicaciones de la UCAL, la promotora cultural Cinematosis y el proyecto Cine-Debate, presentan un ciclo de cine de misterio y terror, en homenaje a uno de los géneros más antiguos y populares del cine.

Un género que nace con la edad media y sus catacumbas y castillos misteriosos, un tipo de relato lleno de personajes demoníacos y amenazas sobrenaturales, cuyo contexto privilegiado es la oscuridad, los parajes desiertos y los locos desequilibrados.

Se trata de un ciclo que rinde homenaje a directores como Murnau, Polanski, Kubrick, Ridley Scott y Brian Di Palma, cuya pasión por el cine de suspenso, misterio, terror y horror los hizo realizar obras maestras en el juego del miedo y la fascinación que provoca en los públicos, principalmente joven.

La muestra, que consta de 12 películas, se proyectará en el auditorio principal del campus UCAL y se complementará con una dinámica de Cine-Debate organizado por el proyecto del mismo nombre, auspiciado por la DAFO del Ministerio de Cultura, donde desfilaran varios cortometrajes nacionales del mismo género, con la presencia de sus directores y productores.

El ciclo cuenta además con el auspicio de la promotora cultural Cinematosis y del proyecto Cine-Debate, en cuyos sites se colocará información y reseñas sobre el ciclo y sus películas.

Lugar: AUDITORIO UCAL. Av. La Molina 3755 – Sol de La Molina – La Molina.



domingo, 30 de agosto de 2015

“Hedwig and the Angry Inch”: un musical conmovedor y altamente postmoderno



Por: Alexiel Vidam

Hay películas que uno repite, repite y repite una y otra vez sin cansarse… En mi caso, esa pela es Hedwig and the Angry Inch, ópera prima de John Cameron Mitchell, quien luego de conquistar Broadway, decidió llevar a su más entrañable personaje a la pantalla grande. Es así como en 2001, estrena un colorido y desgarrador musical, capaz de estremecer fibras y arrancar tanto lágrimas como risas. Hedwig and the Angry Inch, es un filme tan estrambótico como enternecedor.

La película nos traslada hacia el escenario, pero hacia el pequeño y decadente escenario de un bar de cualquier parte, para presentarnos a la “mundialmente ignorada” cantautora Hedwig Schmidt, rockera transexual procedente de la ex Alemania comunista.


“¿No me conoces, Kansas-city? ¡Soy el nuevo muro de Berlín! ¡Intenta derrumbarme!”


Le acompaña su banda glam-rock “The Angry Inch” (la “Pulgada Irritada”), de donde cabe destacar a su esposo Yitzhak, ex drag queen de origen judío, corista del grupo, en cuya voz reconocemos a un transexual de mujer a hombre. Ellos se encuentran viajando por distintos puntos de Estados Unidos, persiguiendo a la estrella de rock Tommy Gnosis, ex-pareja de Hedwig, quien le ha robado las canciones presentándolas como suyas.

Tommy Gnosis, interpretado por Michael Pitt

De buenas a primeras el filme nos revela su naturaleza posmoderna: tenemos a una peculiar pareja heterosexual (formada por una transexual de hombre a mujer y uno de mujer a hombre –alemana y judío por si fuera poco-) en medio de un montón de “freaks” en traje multicolor, menospreciados por todos y buscando el reconocimiento que se merecen.



La reacción inicial del espectador ante el despliegue visual puede ser de choque; más, si tomamos en cuenta que Hedwig ingresa en la pantalla acompañado por un trueno de guitarra eléctrica. Sin embargo, rápidamente esta pandilla de perdedores logra ganarse un lugar en nuestro corazón. A través de letras emotivas y melodías íntimas, burlescas o desgarradoras, Hedwig nos va contando su propia historia; la historia de un chico que llegó a una tierra desconocida prácticamente de casualidad –buscando  el amor-, y en el camino se perdió a sí mismo.

The Origin of Love, el tema más emotivo de la película


**ATENCIÓN A SPOILER**

Hanzel –ése era su verdadero nombre- cambió de sexo con más miedo que convicción, a fin de poder amar a Luther, el marine norteamericano que le ofreció sacarlo fuera del muro, hacia la libertad. Pero las cosas salieron bastante más que desastrosas: Hedwig posee una “pulgada irritada” producto de una mala operación, convirtiéndose en un ser “a medio camino”, abandonado justo en el instante en que el hombre de las noticias anuncia la reciente caída de la Unión Soviética…


Hanzel


****

Furioso, angustiado y aferrado a la supervivencia, Hanzel –ahora Hedwig- plasma toda su frustración sobre su única amante fiel: la música, y es que desde pequeño siempre amó a los clásicos del rock: Lou Reed, Iggy Pop, David Bowie… Ahora ellos son los únicos capaces de salvarle.


En definitiva, un filme que conmueve con la humanidad de sus personajes. Son seres sumamente “mezclados”, llenos de defectos y matices, así como gestos tan emotivos que son capaces de arrancar alguna lágrima en el espectador. Hedwig es alguien que se hace querer, que al principio puede provocar cierto rechazo con su apariencia bizarra, pero rápidamente nos conquista con sus relatos de infancia, y con las duras experiencias que ha tenido que vivir desde aquel entonces. Al mismo tiempo, está muy lejos de ser un personaje perfecto, pues somos testigos de cómo sus conflictos con Yizhak son producto de sus propios complejos; Hedwig desquita en Yitzhak el dolor que le provocaron otros.

Hedwig (John Cameron Mitchell) y Yizhak (Miriam Shor)

Por si fuera poco, no podemos dejar de mencionar el excelente trabajo visual y la exquisita banda sonora. Hedwig and the Angry Inch agudiza y multiplica la carga emocional de sus distintas escenas en un preciso trabajo de iluminación y color (momentos tristes o remembranzas repotenciados en azul y altos contrastes… momentos de risa, mofa y escenario, en un derroche de colores cálidos y luz dura: reflectores, rojos intensos, amarillos, verdes y naranjas encendidos); éste se ve plasmado en la construcción y exposición de decorados y sobretodo, en la excelente elección del vestuario (de estética claramente underground). Por otra parte, la música en su totalidad es una verdadera delicia; transmite perfectamente el sentimiento del narrador. Posee una intensidad insuperable, especialmente en temas como The Origin of Love, Wicked Little Town en sus dos versiones, y Midnight Radio, dándole un desenlace triunfal a la película. Vale decir que todos los temas fueron compuestos por Stephen Trask –quien interpreta a uno de los integrantes de la banda- en conjunto con el propio John Cameron Mitchell, encargado de interpretar a la propia Hedwig.


Quizás lo único que se hizo extrañar por parte de quienes pudimos echarle un vistazo a la obra de Broadway, fue la presencia del tema The Long Grift; desde mi perspectiva, uno de los mejores del soundtrack. Fue retirado posiblemente porque no aportaba al argumento, siendo sumamente difícil hacerle encajar –a diferencia de lo que sucede en el teatro-; sin embargo, es posible escucharlo en el álbum de la película… el cual dejamos por aquí:






Ficha técnica:

Dirección: John Cameron Mitchell
Dirección artística: Nancey Pankiw
Producción: Christine Vachon
Guión: John Cameron Mitchell, Stephen Trask
Música: Stephen Trask
Vestuario: Arianne Phillips
Reparto: John Cameron Mitchell, Michael Pitt, Miriam Shor, Stephen Trask
Países: Canadá, Estados Unidos
Año: 2001
Género: Drama, musical
Idioma: Inglés
Duración: 95 minutos



*Para ver la película completa y subtitulada, click aquí.*

viernes, 28 de agosto de 2015

Actos de redención



Por: Alexiel Vidam

Magallanes (2014), ópera prima de Salvador del Solar, es –desde mi perspectiva-, de lo mejor que ha podido estrenar el cine peruano en los últimos años. No sólo cuenta con una historia que engancha desde el primer momento, sino que –también- visual y actoralmente, es una película bastante bien lograda, con más puntos fuertes que débiles

La historia se inicia con Magallanes (Damián Alcázar), un soldado en retiro que estuviese de misión Ayacucho. Ahora es taxista. Sobrevive a duras penas y carga con un pasado que le atormenta.

Ese pasado, está vinculado a Celina (Magaly Solier), “La Ñusta”; la chica del Coronel.


Magallanes aún recuerda lo que ella vivió; recuerda los abusos. Por eso decide seguirla y observarla. Quiere ayudarle, pero su método no es ortodoxo: la extorsión.

El drama humano se entremezcla con el thriller policial.

La Ñusta corre entre cerros de tierra, en contraluz con las luces coloridas de la ciudad de noche. Pierde el oxígeno; resucita la escena de su huida. Sentimos su angustia, su furia, su afán desesperado por salir a flote.

Magallanes la persigue, esperanzado en poder liberar esa carga que ha llevado por años. En su afán de cazador-justiciero le acompaña Milton (Bruno Odar); otro ex militar diferente a él. Mientras Magallanes es un perdedor motivado por la culpa, Milton es un sujeto burdo y agresivo, motivado por la ira y la violencia; borracho empedernido, encuentra en la brutalidad un único motor de vida.

Derecha a izquierda: Damián Alcázar como Magallanes
y Bruno Odar como Milton

Su víctima es el hijo del Coronel (interpretado por Christian Meier); un abogado importante, adinerado; nacido en cuna de oro y acostumbrado a la buena vida. Es él quien debe pagar los pecados del padre… de la peor manera.

Una historia dramática llena de personajes redondos, humanos, que van transformándose ante el atropello que les toca vivir.

Christian Meier como el abogado y Federico Luppi como el Coronel

Destaca la actuación de Magaly Solier, siempre natural y entrañable. Ella conquista con su suavidad y su fiereza. Sabe pasar de la joven desgarrada a la mujer fuerte y dispuesta a defender su dignidad hasta las últimas consecuencias. Un lujo también es la presencia de Federico Luppi, legendario actor argentino encargado de encarnar a la sombra del Coronel, este anciano balbuceante, desmemoriado, lisiado y con repentinos ataques de histeria.



La maduración de Magaly Solier en esta película es indiscutible.

La fotografía es otro de los fuertes de la película; aprovecha muy bien los planos cercanos para enfatizar los gestos de los actores –clave en escenas de revelación-, así como los planos más abiertos para mostrar el contraste entre paisajes urbanos de clase alta y baja, creando un violento choque de realidades.



Choque de realidades

Quizás los únicos puntos que no me cuadraron dentro del filme, fueron: la presencia de un policía colombiano, y lo que yo considero una escena muy poco trabajada.

No pienso que Jairo Camargo sea poco convincente en el papel de policía investigador; lo que pienso es que su marcado acento descuadra en un relato muy-muy limeño. Siento que es poco probable que un extranjero se traslade a nuestro país para ejercer de policía, de modo que, o lo preciso era anular el acento, o había que conseguir un actor peruano para el papel. Cierto es que Damián Alcázar y Federico Luppi tampoco son peruanos, pero han sabido neutralizar perfectamente sus entonaciones naturales.

Jairo Camargo como el mayor Medina

Por otra parte, creo que la escena del secuestro fue nada verosímil. Se observa la acción de manera rápida y “fácil”: una tapada de cara y ya está, cuando lo que se espera de ese tipo de situaciones –mínimo- es algún golpe que deje a la víctima totalmente indefensa. Considero que esta escena se vio improvisada, hecha “a la loca”, como si se hubiese estado peleando contra el reloj por acabar de editar, restándole calidad al resto de la construcción tan bien armada.

A pesar de estos puntos, creo que Magallanes es una muy buena película y otro importante avance en el cine nacional de cartelera. De hecho, sentí mucha satisfacción después de verla –dos veces- en el cine, y me animaría por verla una vez más.

domingo, 16 de agosto de 2015

La metamorfosis de David Cronenberg



 Por: Sergio Cueto

“Lo que digo es que soy un insecto que soñó que era un hombre, y lo adoró, pero ahora el sueño ha terminado y el insecto está despierto”. - SethBrundle

La Mosca es un filme de 1986, del director canadiense David Cronenberg, nueva versión del clásico de 1958 del mismo nombre. Esta cinta es uno de los mayores éxitos de Cronenberg (que ya nos había sorprendido en aquella época con el film de culto Scanners). Explícita, gore, reveladora y terrorífica para algunos, La Mosca nos muestra en resumen, la metamorfosis de un hombre brillante que se convierte en un horripilante ser, remitiéndonos a un doloroso drama de tintes kafkianos.


El autor nos presenta, de modo directo y sin rodeos, al personaje central: el científico Seth Brundle (Jeff Goldblum) quien tiene un claro propósito: cambiar el mundo que lo rodea. La película empieza en un amplio salón donde se celebra una convención organizada por la empresa para la cual trabaja; es aquí donde aparece la reportera Veronica Quaife (Geena Davis), para cubrir el evento.

Interesado en ella y a pesar de su inicial rechazo, el científico consigue que la reportera acceda a observar su laboratorio, donde –según él mismo- está desarrollando esos experimentos que van a alterar la vida del ser humano como la conocemos. Su invento son dos cápsulas (telepods), que permiten la teletransportación.

Seth (Jeff Goldblum) y Veronica (Geena Davis)

Para demostrar que no es ningún fraude, Seth le pide un objeto personal a Veronica (quien –coqueta-, le entrega una de sus medias). La prenda es depositada en uno de los ruidosos telepods, de donde se desvanece, para aparecer en el otro telepod, envuelta en una enigmática y misteriosa bruma.

¿El siguiente paso? Experimentar con algo vivo.

Con la periodista como testigo, Seth intenta teletransportar a un babuino, pero el resultado es un sangriento desastre. Esto le lleva a la conclusión de que debe profundizar más en sus estudios antes de probarlos en otro ser vivo. Por suerte para él, Veronica lo acompañará en ese proceso.


Es, precisamente, su cercanía con Veronica (dato curioso: en aquel entonces Jeff Goldblum y Geena Davis eran pareja fuera del rodaje), lo que impulsa al introvertido Seth a querer ir más allá y progresar en sus investigaciones (pronto consigue transportar con éxito a otro babuino); pero es también ese amor amor el que lo condena.

En una noche de malos entendidos, celos y mucho alcohol, Seth olvida las precauciones y decide probar su invento en sí mismo. Comete un error fatal: no percibe que una mosca ha ingresado en la máquina. Instantes después, y a primera vista, la teletransportación ha funcionado. Por si fuera poco, Seth parece haber evolucionado a una mejor versión de sí mismo: se siente más fuerte, lúcido, vivo.


Repentinamente, todo empieza a empeorar y a desmoronarse dramáticamente.

Vale decir que una de las mayores diferencias entra las dos versiones de La Mosca, es que en la primera el científico y la mosca intercambian partes del cuerpo (quedándose el hombre con la cabeza y una pata del insecto), mientras que en la versión de 1986, se da una fusión que da lugar a un nuevo y monstruoso personaje. Para esto, el trabajo de efectos especiales es impresionante, en conjunto con el maquillaje realizado por Chris Walas y Stephan Dupuis, ganadores de un Oscar por su trabajo.


Las escenas de la transformación son dignas de elogio, sobre todo si recordamos que es una película de los años 80, cuando no existía la cantidad de recursos tecnológicos con que contamos hoy. ¿Escenas imperdibles? El resultado de transportar al primer babuino; cuando se quita las uñas, el vómito y –por supuesto- la transformación final de Brundle-Mosca.

Acompaña la banda sonora del siempre fiel Howard Shore, que logra crear la atmósfera perfecta para representar la ruina del personaje, así como el sello de Cronenberg: enfermedad, decadencia, horror, las zonas más oscuras y corruptas del ser humano, junto a la degeneración mental y física del mismo.


Como detalles anecdóticos, tenemos que el propio Cronenberg realiza un cameo en la pesadilla de Veronica (como ginecólogo), y que Jeff Goldblum realmente perdió el juicio durante el rodaje. Según el director, Goldblum llegó a meterse tanto en el papel, que empezó a consumir azúcar en grandes cantidades como si fuese un hombre-mosca de verdad. Además empezó, a pelear y a molestarse en el set con el actor John Getz, quien era su rival romántico en el filme. Cronenberg tuvo que amenazar a Goldblum con echarlo si no se tranquilizaba.


El ritmo de la película no decae en ningún momento, pues siempre estamos a la expectativa de descubrir cuál será el aspecto del protagonista en la siguiente escena. El arco de evolución de los personajes está bastante equilibrado, destacando Goldblum, que atraviesa distintos según los genes del insecto van apoderándose de su cuerpo. Su desmesurada energía y potencia física inicial lo va convirtiendo en un ser irascible y egoísta; cuando el deterioro exterior se hace irreversible, la melancolía se adueña de su mente, hasta que elabora una solución, que desencadena el apoteósico final.


Intensa, intrigante y bastante perturbadora, La Mosca, de Cronenberg, sigue enganchando hasta el día de hoy, 29 años después de su estreno. La película recaudó, en su momento, la nada despreciable cifra de 60 millones de dólares (20 millones en los EE.UU. y 40 en el resto del mundo); éxito de taquilla que provocó el lanzamiento de una endeble secuela tres años más tarde, dirigida por Chris Walas y sólo con Getz repitiendo personaje. A pesar de las cifras en recaudación, la cinta carecía de la atmósfera, dramatismo e inventiva de su antecesora, superior por donde se le mire.



Ficha técnica

Dirección: David Cronenberg
Producción: Stuart Cornfield
Guión: Charles Edward Pogue, David Cronenberg
Música: Howard Shore
Fotografía: Mark Irwin
Montaje: Ronald Sanders, Carol Littleton, Jim Miller
Reparto: Jeff Goldblum, Geena Davis, John Getz
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 1986
Género: Terror, Ciencia Ficción
Duración: 95 min.




jueves, 6 de agosto de 2015

Las 5 de Pixar



Por: Nicole Barrera

Cuando pensamos en Pixar, es probable que pensemos en Disney (dado que esta última compró a la primera). Sin embargo, pocos saben que, en sus inicios, Pixar se dedicaba única y exclusivamente a realizar animaciones comerciales, para venta de computadoras y artefactos. Innovó en un software computarizado capaz de crear elementos y personajes en 3D, con el fin de mostrar mundos más realistas.

Disney se interesó por esta tecnología y dio a Pixar la oportunidad de realizar un largometraje. A partir de entonces, grandes éxitos vieron la luz, varios a nominados e incluso ganadores de Oscars, tanto en las categorías musicales como en la de Mejor Película animada.

Actualmente, Pixar cuenta con 15 largometrajes realizados,  2 en producción y aproximadamente 50 cortometrajes. ¡A continuación, te lanzamos 5 películas de Pixar que no debes dejar de ver!


Puesto #5: Intensa-Mente (2015)



Es la película más reciente de Pixar; completamente imprescindible en un Top-5 de este estudio. Intensa-Mente superó expectativas, llegando a recaudar ganó $90.44 millones. No sólo rompió records; también corazones. Esta divertida película narra la historia de una niña llamada Riley y de las cinco emociones que controlan su  mente: Alegría, Tristeza, Desagrado, Furia y Temor. Riley está en etapa de cambios, tanto emocionales por su mudanza a una gran ciudad, como físicos, ya que se acerca a la adolescencia. Es una película con la cual todos nos podemos identificar, habla de los procesos y transformaciones de la vida. ¡Advierto! Si eres sensible, puede que llores. Así que asegúrate de tener una caja de kleenex a tu lado o un osito de peluche para abrazar.

(Para leer más sobre Intensa-mente, click aquí.)


Puesto #4: WALL-E (2008)



Para muchos, WALL-E es una película un poco lenta, pero yo diría que es más bien contemplativa. Es diferente a las otras –además- en cuanto a sus personajes, ambiente y música. La película está situada en el 2105. Cuenta la historia de un robot olvidado llamado WALL-E (dato curioso: el nombre de “WALL-E”  está basado en el nombre de Walt Elias Disney). Nuestro protagonista recorre la tierra –o  lo que quedó de ella- haciendo lo que está programado a hacer: crear cubos de basura y amontonarlos. En su tiempo libre, busca elementos bellos entre toda la basura y los colecciona. Así conoce a Eve, con quien empieza un tierno romance. El trabajo de ella es encontrar vida sobre la tierra y llevársela a los humanos. Mientras tanto, toda la humanidad se encuentra metida en una nave espacial muy lejana, donde comen hasta más no poder y viven en sus aparatos tecnológicos. No socializan entre ellos. Ahí esperan tranquilos por alguna señal de vida desde la Tierra, que les indique que pueden volver para empezar de cero. Esta película nos ayuda a abrir los ojos, ya que en un futuro no muy lejano así podríamos encontrarnos. Nos enseña que debemos cuidar nuestro planeta, alimentarnos bien y hablar el uno con el otro. Especial para quienes gusten de las comedias animadas y la ciencia ficción.


Puesto #3: UP (2009)



Up nos lleva hacia una aventura en América del Sur con personajes poco usuales: un anciano amargado, un niño scout que habla hasta por los codos, un perro que también habla y un pájaro enorme y colorido llamado Kevin. Desde el inicio nos engancha con la historia de amor que hay entre el protagonista, Carl, y Ellie; un amor que nació desde que eran niños. Lamentablemente, Ellie muere, pero es ahí cuando arranca la gran aventura. Carl decide cumplir el sueño de su esposa, que es llevarla a ella (en espíritu) y a su casa a Paradise Falls. Up nos enseña que nunca es demasiado tarde para perseguir nuestros sueños. Russell, Doug y Kevin se encargan de hacernos reír en todo momento. ¡Si te gusta la aventura, esta es la película para ti!


Puesto #2: Monsters Inc (2001)



Pete Docter, director de la película, pensaba que, cuando los niños decían que había un monstro en sus armarios, realmente decían la verdad. De esta idea parte la trama de Monsters Inc, que narra la historia de una niña conocida como “Boo” (su nombre real es Mary), quien entra accidentalmente a Monstropolis, por el descuido de un trabajador llamado Sully (el enorme monstruos azul de lunares morados). Su trabajo, así como el de otros monstruos terroríficos, es recolectar los gritos de niños, para así darle luz a la cuidad. Ahora Sully y su mejor amigo Mike, deben regresar a Boo a su puerta correcta antes de que otros monstruos la encuentren.  Monsters Inc es una tierna historia de amistades poco comunes y de cómo afrontar nuestros miedos.

Luego de 11 años desde su estreno, Pixar sacó Monsters University, que tuvo bastante acogida. Muchos incluso dicen que fue mejor que la original, así que no se sorprendan si próximamente vemos un Monsters Inc 3.


Puesto #1: Toy Story (1995)


                               
Un clásico. No sólo es la primera película animada de Pixar, sino también la mejor. Fue tanto su éxito, que es la única privilegiada con dos secuelas hasta el momento. Trata de dos juguetes: Woody y Buzz, que empiezan siendo rivales, debido a los celos del vaquero (Woody), tras la llegada de Buzz (el hombre del espacio). Él teme que Andy (su dueño), convierta a Buzz en su nuevo juguete favorito (lugar que él ha ocupado hasta el momento). Tal es su inquietud, que llega incluso a empujar a Buzz por la ventana. Ante las acusaciones de los otros juguetes, Woody se ve obligado a buscar a Buzz para llevarle de regreso antes de la mudanza. La travesía incluye sobrevivir a las torturas de Sid, el niño malo de la película.

Curiosamente esta película casi no se realiza; el equipo Pixar era aún novato y no tenía muy en claro su objetivo, de modo que Disney canceló la producción. Felizmente, el grupo se puso las pilas y realizó la película, desde el inicio, en sólo tres días, dejando a Disney con la boca abierta y bastantes ganas de ver más. ¿Se imaginan un mundo sin Woody y Buzz? 


*Para leer más posts de Nicole Barrera, visita su blog Disney is Everything!!!.

martes, 4 de agosto de 2015

Fantasmas de ayer y hoy



Por: Alexiel Vidam

Con motivo del reciente remake de Poltergeist (el clásico de 1982, dirigido por Tobe Hopper y producido por Steven Spielberg), me entró el bicho no sólo de revisar el original, sino también de echarle un vistazo a su versión moderna (dirigida por Gil Kenan) y hacer un post comparativo. Así que, con ustedes… un “versus”.

Ya que nos encontramos ante original y remake (no reboot), vale recalcar que la temática es prácticamente la misma: una familia clasemediera americana que se halla tranquilamente instalada en su casa, cuando una serie de eventos extraños empiezan a amenazarles. Pronto, esos seres de ultratumba que les rodean, establecen contacto con la hija menor, queriendo llevársela con ellos.   


En cuanto al argumento, se observa diferencias menores: el nombre de los personajes ha cambiado, la niña pequeña pasa de rubia a castaña, y la familia se muda a la casa en lugar de haberla habitado desde siempre. Hasta aquí, encuentro un punto a favor y uno en contra para cada uno de los filmes. Por un lado, por más superficial que parezca, el cabello de Carol Anne (la niña de la versión de 1982, interpretada por Heather O’Rourke) tenía un significado específico; era parte de un simbolismo: Carol Anne era la única hija que había nacido en la casa; a partir de ello se justificaba su poder especial para comunicarse con espíritus, y de ahí que éstos la eligieran para ser su “guía hacia la luz”; en otras palabras, el cabello de Carol, rubio-casi blanco –en contraste con el cabello castaño de sus padres y hermanos-, era una alusión a la luz y al punto de que ella sea distinta al resto de su familia. Esto se pierde en la versión nueva, donde Madison (equivalente a Carol Anne, interpretada por Kennedi Clements) comparte el mismo color de cabello que sus familiares y nunca nació en la casa (recordemos que ellos apenas se han mudado), de modo que su poder sobrenatural es una mera casualidad. En contraste, el tema de la mudanza le da más verosimilitud a la historia –punto a favor de la nueva versión-, ya que es más creíble que unos fantasmas agresivos te tomen por sorpresa en un lugar que no conocías, a que aparezcan de la nada en un lugar que has habitado por años.

1982                                                              2015

Sin embargo, donde más siento que se nota el cambio de un filme a otro, es en el perfil de los protagonistas y en el reemplazo de la anciana médium Tangina (interpretada por Zelda Rubintein), por un “caza-fantasmas” de la tele llamado Carrigan Burke (Jared Harris). Con respecto de la película de 1982, la impresión que tuve fue la de que se nos estaba presentando una caricaturización de la familia americana: todos “buenos y felices”; tan buenos y felices que pecan de ñoños e insoportables. La madre es tonta y superficial, al punto en que la vemos saltando emocionada luego de arrastrar a su pequeña hija por la cocina, para corroborar que los espíritus existen; el padre tiene un exageradamente patético sentido del humor, y el hijo es un mocoso engreído. Por su parte, la hija mayor pinta un poco más interesante por su perfil rebelde –sobre todo para la época-, pero a la hora de la hora casi no aporta a la historia; de hecho, sus apariciones son breves y sin importancia. Podríamos decir entonces, que el único personaje con cierta dosis de carisma en la familia, es Carol Anne, quien muestra una interesante mezcla entre inocencia y carencia empática (especialmente en la escena en que, apenas ha enterrado a su pajarito –con bastantes lágrimas de por medio-, y al segundo la vemos sonriente pidiéndole un pez a su mamá… Esto podría interpretarse como una metáfora sobre la crueldad de los niños, o quizás como una premonición sobre la vinculación del personaje con un lado bastante oscuro).


La película, pues, hace que en, en primera instancia, sintamos cierta antipatía por los protagonistas; hasta que los elementos malignos nos llevan a colocarnos en su lugar y solidarizarnos con ellos. Son, en otras palabras, los mismos espectros de la casa quienes generan conexión con los personajes.


Esto se da de manera distinta en la nueva versión, donde los roles han sido refrescados, adaptados a la época. Se ofrece una excusa convincente para que la mujer se dedique a su casa y se plantea la problemática del hombre desempleado (justificando también –como parte de la crisis- sus momentos ridículos). El hijo pasa a ser bastante más inteligente y a tener un papel mucho más importante en el rescate de la hija menor, convirtiéndose casi en el héroe de la historia. Por su lado, la hija mayor es marcadamente más rebelde, y si bien no logra tanta importancia como su hermano, cuenta con más participación y visibilidad dentro de la trama. En base a esto, podríamos decir que la versión 2015 logra una conexión mucho más rápida con los personajes, pero a la vez se pierde un poco el toque sarcástico y social que se ofrecía en la primera versión. Quizás esto último no sea meramente una debilidad, sino una necesidad acorde con los nuevos tiempos; la imagen de familia americana de la primera película está desfasada en esta época, de modo que el tipo de crítica también debía cambiar, aunque con ello perdiese algo de fuerza.


Lo que sí me fastidió un poco, a decir verdad, fue el cambio de médium. Me parece que colocar a una estrella de la tele como parte del equipo, fue una forma de recordarnos que nos encontramos en una sociedad mediatizada; que le damos mucho peso y aplausos a todo en que aparezca en la “caja boba”. Es interesante además que esta estrella de la tele al final no sea lo que se espera de ella; aun así, se deja extrañar bastante la presencia de una espiritista tradicional; de una anciana “sabia” con más pinta de bruja que de salvadora.  Creo que esta última imagen –más mística y clasicona-, va mucho más acorde con el género de horror.


1982                                                        2015

Finalmente, está el tratamiento visual. Es de esperarse que cada película muestre un trabajo de efectos especiales de acuerdo a las posibilidades de su época. Antes todo era maquetas, sobreexposiciones, stop-motion, etc. Hoy tenemos el 3D que nos ahorra tiempo y presupuesto. Es cierto también que los efectos actuales suelen generar más impacto y verosimilitud a la hora de observar las imágenes, restando ese “aire de estudio” (artificialidad) de las películas clásicas. Sin embargo, con todo y todo, pienso que el filme de 1982 sigue siendo mucho más impresionante a nivel visual; que no sólo para su época tiene que haber sido admirable por sus recursos, sino que hoy en día,-con un espectador de ojo mucho más minucioso y exigente en este aspecto-, esa artificialidad percibida en la cinta clásica, por el contrario de restarle puntos, crea una sensación de antigüedad macabra, que uno relaciona más estrechamente con las construcciones viejas y las casas encantadas.


Escena clásica del filme de 1982

No está de más señalar –como quien culmina la idea-, que la escena final de la película de Tobe Hopper (1982), es muchísimo más impactante que la del remake de Kenan; con todos esos muertos en descomposición, prácticamente saltando de sus tumbas. Los momentos de tensión previos también son manejados de mejor manera, canalizando precisamente la atención y el estrés del espectador. Esto sin olvidar que, cuando se estrenó el filme, todas aquellas formas de “susto-sorpresa” aún eran novedosas, mientras que hoy en día, están tan tipificadas, que se vuelven predecibles.


domingo, 2 de agosto de 2015

Alas extraviadas



Por: Alexiel Vidam

Aloft: No Llores, vuela, es el tercer largometraje de Claudia Llosa, directora peruana ganadora del Oso de Oro por La Teta Asustada. Este largo poema visual, trae consigo la novedad de un idioma distinto –el Inglés-, y un reparto de lujo conformado por Jennifer Connelly, Cillian Murphy y Mélanie Laurent.


Paisaje congelado


Cielos blancos y azulados. La piel de los personajes se mimetiza con la nieve que les rodea.

En medio del frío, se encuentra la enfermedad.

Nana Kunning (Jennifer Connelly) está desesperada por salvar la vida de su pequeño hijo Gully (Winta McGrath), quien padece de un terrible mal neuronal. En su afán por protegerle, lo que Nana no ve, es el malestar que está creando en su hijo mayor –Ivan (interpretado por Zen McGrath y luego por Cillian Murphy)-, quien se siente reprimido e incluso abandonado por su madre.

A esto  le sigue un trágico accidente. Madre e hijo se separan. Veinte años después, una periodista llamada Jannia Ressmore (Mélanie Laurent), se convierte en el motivo de su reencuentro.




Poesía audiovisual


La genialidad de Aloft, más que en el argumento, está en la forma. En el bien logrado dramatismo de las escenas, en el simbolismo y la exploración íntima de los personajes.


Estos se hallan perdidos; perdidos en un camino confuso y en sus propias vidas. Se trata de un doble viaje: de la huida de Nana de un pasado que no soporta, y de la búsqueda de Ivan: de su madre, y de sí mismo. Él ha crecido con el resentimiento. Se ha convertido en un ermitaño de la nieve, en un hombre huraño que conecta mejor con las aves –a las que entrena- que con las personas. Busca, también, construir una familia como la que nunca tuvo, y ello se ve en la forma en que –a pesar de su propia torpeza emocional- busca conectar con su esposa y con su hijo. Sin embargo, la necesidad de respuestas le arrastra al pasado. Es por eso que decide acompañar a Jannia a la entrevista con su madre, quien –cual burla del destino- se ha convertido en sanadora espiritual.

Todo se combina con una hermosa fotografía. Los paisajes congelados son el escenario idílico para esta historia de extravío y soledad. La música, además, enfatiza en la sensación de angustia que se siente, al ir develando, fragmento a fragmento, el misterio de un distanciamiento bastante crudo.

Jennifer Conelly como Nana

Sobre las actuaciones, no hay mucha vuelta que dar: sólo que calzan a la perfección. Todos ellos saben transmitir, con naturalidad, tanto el dolor como el vacío. Los tres actores principales han sido precisamente elegidos. Cabe destacar el desgarro que refleja Connelly en el momento más dramático de la historia, así como la furia de Murphy, en un perturbadísimo Ivan recién reencontrado con su madre.

Quizás el único punto bastante débil que le encuentro a la película, sea la presencia de ciertas escenas fuera de lugar. Aquellos encuentros sexuales entre Nana y un porquerizo, o los momentos de intimidad que involucran a Ivan, aparecen prácticamente de la nada y sin la finalidad de explicar alguna cuestión relativa al problema. Asimismo, la relación entre él y la periodista es bastante forzada, predecible, y finalmente se pierde, tomando en cuenta que el centro argumental les corresponde únicamente a él y su madre.

Mélanie Laurent como la periodista Jannia Ressmore

Finalmente, vale decir que Aloft: No llores, vuela, no es una película para un paladar excesivamente sencillo o ágil. Es una película que requiere ser contemplada y analizada; saboreada con paciencia e incluso puede requerir más de una visualización: una exclusivamente para sentir, y otra exclusivamente para observar.


Ficha técnica:

Dirección: Claudia Llosa
Producción: Ibon Cormenzana, Phyllis Laing, José María Morales
Guión: Claudia Llosa
Música: Michael Brook
Fotografía: Nicolas Bolduc
Montaje: Guillermo de la Cal
Reparto: Jennifer Connelly, Cillian Murphy, Mélanie Laurent
Género: Drama
Países: España, Canadá, Francia
Idiomas: Inglés, francés
Duración: 116 minutos
Compañía productora: Sony Pictures Entertainment