La Facultad de Comunicaciones de la UCAL, la promotora cultural Cinematosis y el proyecto Cine-Debate, presentan un ciclo de cine de misterio y terror, en homenaje a uno de los géneros más antiguos y populares del cine.
Un género que nace con la edad media y sus catacumbas y castillos misteriosos, un tipo de relato lleno de personajes demoníacos y amenazas sobrenaturales, cuyo contexto privilegiado es la oscuridad, los parajes desiertos y los locos desequilibrados.
Se trata de un ciclo que rinde homenaje a directores como Murnau, Polanski, Kubrick, Ridley Scott y Brian Di Palma, cuya pasión por el cine de suspenso, misterio, terror y horror los hizo realizar obras maestras en el juego del miedo y la fascinación que provoca en los públicos, principalmente joven.
La muestra, que consta de 12 películas, se proyectará en el auditorio principal del campus UCAL y se complementará con una dinámica de Cine-Debate organizado por el proyecto del mismo nombre, auspiciado por la DAFO del Ministerio de Cultura, donde desfilaran varios cortometrajes nacionales del mismo género, con la presencia de sus directores y productores.
El ciclo cuenta además con el auspicio de la promotora cultural Cinematosis y del proyecto Cine-Debate, en cuyos sites se colocará información y reseñas sobre el ciclo y sus películas.
Lugar: AUDITORIO UCAL. Av. La Molina 3755 – Sol de La Molina – La Molina.
Hay películas que uno repite,
repite y repite una y otra vez sin cansarse… En mi caso, esa pela es Hedwig and
the Angry Inch, ópera prima de John Cameron Mitchell, quien luego de conquistar
Broadway, decidió llevar a su más entrañable personaje a la pantalla grande. Es
así como en 2001, estrena un colorido y desgarrador musical, capaz de estremecer
fibras y arrancar tanto lágrimas como risas. Hedwig and the Angry Inch, es un
filme tan estrambótico como enternecedor.
La película nos traslada hacia el
escenario, pero hacia el pequeño y decadente escenario de un bar de cualquier
parte, para presentarnos a la “mundialmente ignorada” cantautora Hedwig Schmidt, rockera transexual
procedente de la ex Alemania comunista.
“¿No
me conoces, Kansas-city? ¡Soy el nuevo muro de Berlín! ¡Intenta derrumbarme!”
Le acompaña su banda glam-rock “The Angry Inch” (la “Pulgada
Irritada”), de donde cabe destacar a su esposo Yitzhak, ex drag queen de origen judío, corista del grupo, en cuya
voz reconocemos a un transexual de mujer a hombre. Ellos se encuentran viajando
por distintos puntos de Estados Unidos, persiguiendo a la estrella de rock Tommy Gnosis, ex-pareja de Hedwig, quien le ha robado las
canciones presentándolas como suyas.
Tommy Gnosis, interpretado por Michael Pitt
De buenas a primeras el filme nos revela su naturaleza posmoderna: tenemos
a una peculiar pareja heterosexual (formada por una transexual de hombre a
mujer y uno de mujer a hombre –alemana y judío por si fuera poco-) en medio de un montón de “freaks” en traje
multicolor, menospreciados por todos y buscando el reconocimiento que se
merecen.
La reacción inicial del espectador
ante el despliegue visual puede ser de choque; más, si tomamos en cuenta que
Hedwig ingresa en la pantalla acompañado por un trueno de guitarra eléctrica.
Sin embargo, rápidamente esta pandilla
de perdedores logra ganarse un lugar en nuestro corazón. A través de letras
emotivas y melodías íntimas, burlescas o desgarradoras, Hedwig nos va contando
su propia historia; la historia de un chico que llegó a una tierra desconocida
prácticamente de casualidad –buscando el
amor-, y en el camino se perdió a sí mismo.
The Origin of Love, el tema más emotivo de la película
**ATENCIÓN A SPOILER**
Hanzel –ése era su verdadero nombre- cambió de sexo con más miedo
que convicción, a fin de poder amar a Luther, el marine norteamericano que le
ofreció sacarlo fuera del muro, hacia la libertad. Pero las cosas salieron
bastante más que desastrosas: Hedwig
posee una “pulgada irritada” producto de una mala operación, convirtiéndose en
un ser “a medio camino”, abandonado justo en el instante en que el hombre de
las noticias anuncia la reciente caída de la Unión Soviética…
Hanzel
****
Furioso, angustiado y aferrado a la supervivencia, Hanzel –ahora Hedwig-
plasma toda su frustración sobre su única amante fiel: la música, y es que
desde pequeño siempre amó a los clásicos del rock: Lou Reed, Iggy Pop, David
Bowie… Ahora ellos son los únicos capaces de salvarle.
En definitiva, un filme que conmueve con la humanidad de sus
personajes.Son seres sumamente “mezclados”,
llenos de defectos y matices, así como gestos tan emotivos que son capaces de
arrancar alguna lágrima en el espectador. Hedwig es alguien que se hace
querer, que al principio puede provocar cierto rechazo con su apariencia
bizarra, pero rápidamente nos conquista con sus relatos de infancia, y con las
duras experiencias que ha tenido que vivir desde aquel entonces. Al mismo
tiempo, está muy lejos de ser un personaje perfecto, pues somos testigos de
cómo sus conflictos con Yizhak son producto de sus propios complejos; Hedwig
desquita en Yitzhak el dolor que le provocaron otros.
Hedwig (John Cameron Mitchell) y Yizhak (Miriam Shor)
Por si fuera poco, no podemos
dejar de mencionar el excelente trabajo visual y la exquisita banda sonora. Hedwig
and the Angry Inchagudiza y
multiplica la carga emocional de sus distintas escenas en un preciso trabajo de
iluminación y color (momentos tristes o remembranzas repotenciados en azul
y altos contrastes… momentos de risa, mofa y escenario, en un derroche de
colores cálidos y luz dura: reflectores, rojos intensos, amarillos, verdes y
naranjas encendidos); éste se ve plasmado en la construcción y exposición de decorados y sobretodo, en la excelente
elección del vestuario (de estética claramente
underground).
Por otra parte, la música en su
totalidad es una verdadera delicia; transmite perfectamente el sentimiento del
narrador. Posee una intensidad insuperable, especialmente en temas como The Origin of Love, Wicked Little Town en sus dos versiones, y Midnight Radio, dándole un desenlace triunfal a la película. Vale
decir que todos los temas fueron compuestos por Stephen Trask –quien interpreta a uno de los integrantes de la
banda- en conjunto con el propio John
Cameron Mitchell, encargado de interpretar a la propia Hedwig.
Quizás lo único que se hizo
extrañar por parte de quienes pudimos echarle un vistazo a la obra de Broadway,
fue la presencia del tema The Long Grift;
desde mi perspectiva, uno de los mejores del soundtrack. Fue retirado posiblemente porque no aportaba al
argumento, siendo sumamente difícil hacerle encajar –a diferencia de lo que
sucede en el teatro-; sin embargo, es posible escucharlo en el álbum de la
película… el cual dejamos por aquí:
Ficha técnica:
Dirección:
John Cameron Mitchell
Dirección
artística: Nancey Pankiw
Producción:Christine Vachon
Guión:John Cameron Mitchell, Stephen Trask
Música: Stephen Trask
Vestuario:
Arianne Phillips
Reparto: John Cameron Mitchell, Michael Pitt, Miriam Shor, Stephen Trask
Países: Canadá, Estados Unidos
Año: 2001
Género: Drama, musical
Idioma: Inglés
Duración: 95 minutos
*Para ver la película completa y subtitulada, click aquí.*
Magallanes (2014), ópera prima de Salvador del Solar, es –desde mi
perspectiva-, de lo mejor que ha podido estrenar el cine peruano en los últimos
años. No sólo cuenta con una historia que engancha desde el primer momento,
sino que –también- visual y actoralmente, es una película bastante bien lograda,
con más puntos fuertes que débiles
La historia se inicia con Magallanes (Damián Alcázar),
un soldado en retiro que estuviese de misión Ayacucho. Ahora es taxista.
Sobrevive a duras penas y carga con un pasado que le atormenta.
Ese pasado, está vinculado a Celina (Magaly Solier),
“La Ñusta”; la chica del Coronel.
Magallanes aún
recuerda lo que ella vivió; recuerda los abusos. Por eso decide seguirla y
observarla. Quiere ayudarle, pero su método no es ortodoxo: la extorsión.
El drama humano se
entremezcla con el thriller policial.
La Ñusta corre entre cerros de tierra, en contraluz con las
luces coloridas de la ciudad de noche. Pierde el oxígeno; resucita la escena de
su huida. Sentimos su angustia, su furia, su afán desesperado por salir a flote.
Magallanes la persigue, esperanzado en poder liberar esa
carga que ha llevado por años. En su afán de cazador-justiciero le acompaña Milton (Bruno Odar); otro
ex militar diferente a él. Mientras
Magallanes es un perdedor motivado por la culpa, Milton es un sujeto burdo y
agresivo, motivado por la ira y la violencia; borracho empedernido,
encuentra en la brutalidad un único motor de vida.
Derecha a izquierda: Damián Alcázar como Magallanes
y Bruno Odar como Milton
Su víctima es el hijo
del Coronel (interpretado por Christian Meier); un abogado importante,
adinerado; nacido en cuna de oro y acostumbrado a la buena vida. Es él quien debe pagar los pecados del
padre… de la peor manera.
Una historia
dramática llena de personajes redondos, humanos, que van transformándose ante el
atropello que les toca vivir.
Christian Meier como el abogado y Federico Luppi como el Coronel
Destaca la actuación
de Magaly Solier, siempre natural y entrañable. Ella conquista con su suavidad
y su fiereza. Sabe pasar de la joven desgarrada a la mujer fuerte y
dispuesta a defender su dignidad hasta las últimas consecuencias. Un lujo también es la presencia de Federico
Luppi, legendario actor argentino encargado de encarnar a la sombra del Coronel,
este anciano balbuceante, desmemoriado, lisiado y con repentinos ataques de
histeria.
La maduración de Magaly Solier en esta película es indiscutible.
La fotografía es otro
de los fuertes de la película; aprovecha muy bien los planos cercanos para
enfatizar los gestos de los actores –clave
en escenas de revelación-, así como los planos más abiertos para mostrar el
contraste entre paisajes urbanos de
clase alta y baja, creando un violento
choque de realidades.
Choque de realidades
Quizás los únicos puntos que no me cuadraron dentro del
filme, fueron: la presencia de un policía colombiano, y lo que yo considero una
escena muy poco trabajada.
No pienso que Jairo
Camargo sea poco convincente en el papel de policía investigador; lo que
pienso es que su marcado acento descuadra
en un relato muy-muy limeño. Siento que es poco probable que un extranjero
se traslade a nuestro país para ejercer de policía, de modo que, o lo preciso
era anular el acento, o había que conseguir un actor peruano para el papel. Cierto
es que Damián Alcázar y Federico Luppi tampoco son peruanos, pero han sabido neutralizar
perfectamente sus entonaciones naturales.
Jairo Camargo como el mayor Medina
Por otra parte, creo que la escena del secuestro fue nada verosímil. Se observa la acción de
manera rápida y “fácil”: una tapada de cara y ya está, cuando lo que se espera
de ese tipo de situaciones –mínimo- es algún golpe que deje a la víctima totalmente
indefensa. Considero que esta escena se vio improvisada, hecha “a la loca”,
como si se hubiese estado peleando contra el reloj por acabar de editar,
restándole calidad al resto de la construcción tan bien armada.
A pesar de estos puntos,
creo que Magallanes es una muy buena
película y otro importante avance en el cine nacional de cartelera. De
hecho, sentí mucha satisfacción después de verla –dos veces- en el cine, y me
animaría por verla una vez más.
“Lo que digo es que soy un insecto que soñó que era un hombre, y lo
adoró, pero ahora el sueño ha terminado y el insecto está despierto”. - SethBrundle
La Mosca es un filme de 1986,
del director canadiense David Cronenberg,
nueva versión del clásico de 1958 del mismo nombre. Esta cinta es uno de los
mayores éxitos de Cronenberg (que ya nos había sorprendido en aquella época con
el film de culto Scanners). Explícita, gore, reveladora y terrorífica para
algunos, La Mosca nos muestra en
resumen, la metamorfosis de un hombre
brillante que se convierte en un horripilante ser, remitiéndonos a un doloroso
drama de tintes kafkianos.
El autor nos presenta, de modo directo y sin rodeos, al personaje
central: el científico Seth Brundle
(Jeff Goldblum) quien tiene un claro
propósito: cambiar el mundo que lo rodea. La película empieza en un amplio
salón donde se celebra una convención organizada por la empresa para la cual
trabaja; es aquí donde aparece la reportera Veronica Quaife (Geena Davis),
para cubrir el evento.
Interesado en ella y a pesar de su inicial rechazo, el científico consigue que la reportera
acceda a observar su laboratorio, donde –según él mismo- está desarrollando
esos experimentos que van a alterar la vida del ser humano como la conocemos. Su invento son dos cápsulas (telepods), que
permiten la teletransportación.
Seth (Jeff Goldblum) y Veronica (Geena Davis)
Para demostrar que no es ningún fraude, Seth le pide un
objeto personal a Veronica (quien –coqueta-, le entrega una de sus medias). La
prenda es depositada en uno de los ruidosos telepods, de donde se desvanece,
para aparecer en el otro telepod, envuelta en una enigmática y misteriosa
bruma.
¿El siguiente paso?
Experimentar con algo vivo.
Con la periodista como testigo, Seth intenta teletransportar
a un babuino, pero el resultado es un sangriento desastre. Esto le lleva a la
conclusión de que debe profundizar más en sus estudios antes de probarlos en
otro ser vivo. Por suerte para él, Veronica lo acompañará en ese proceso.
Es, precisamente, su cercanía con Veronica (dato curioso: en
aquel entonces Jeff Goldblum y Geena Davis eran pareja fuera del rodaje), lo
que impulsa al introvertido Seth a querer ir más allá y progresar en sus
investigaciones (pronto consigue transportar con éxito a otro babuino); pero es
también ese amor amor el que lo condena.
En una noche de malos entendidos, celos y mucho alcohol, Seth olvida
las precauciones y decide probar su invento en sí mismo. Comete un error fatal:
no percibe que una mosca ha ingresado en la máquina. Instantes después, y a
primera vista, la teletransportación ha funcionado. Por si fuera poco, Seth
parece haber evolucionado a una mejor versión de sí mismo: se siente más
fuerte, lúcido, vivo.
Repentinamente, todo empieza a
empeorar y a desmoronarse dramáticamente.
Vale decir que una de las mayores diferencias entra las dos
versiones de La Mosca, es que en la
primera el científico y la mosca intercambian partes del cuerpo (quedándose el
hombre con la cabeza y una pata del insecto), mientras que en la versión de
1986, se da una fusión que da lugar a un nuevo y monstruoso personaje. Para
esto, el trabajo de efectos especiales
es impresionante, en conjunto con el maquillaje realizado por Chris Walas y
Stephan Dupuis, ganadores de un Oscar por su trabajo.
Las escenas de la transformación son dignas de elogio, sobre
todo si recordamos que es una película de los años 80, cuando no existía la
cantidad de recursos tecnológicos con que contamos hoy. ¿Escenas imperdibles? El resultado de transportar al primer babuino;
cuando se quita las uñas, el vómito y –por supuesto- la transformación final de
Brundle-Mosca.
Acompaña la banda
sonora del siempre fiel Howard Shore, que logra crear la atmósfera perfecta
para representar la ruina del personaje, así como el sello de Cronenberg:
enfermedad, decadencia, horror, las zonas más oscuras y corruptas del ser
humano, junto a la degeneración mental y física del mismo.
Como detalles anecdóticos, tenemos que el propio Cronenberg
realiza un cameo en la pesadilla de Veronica (como ginecólogo), y que Jeff
Goldblum realmente perdió el juicio durante el rodaje. Según el director, Goldblum llegó a meterse tanto en el papel, que
empezó a consumir azúcar en grandes cantidades como si fuese un hombre-mosca de
verdad. Además empezó, a pelear y a molestarse en el set con el actor John
Getz, quien era su rival romántico en el filme. Cronenberg tuvo que
amenazar a Goldblum con echarlo si no se tranquilizaba.
El ritmo de la
película no decae en ningún momento, pues siempre estamos a la expectativa
de descubrir cuál será el aspecto del protagonista en la siguiente escena. El arco de evolución de los personajes está
bastante equilibrado, destacando Goldblum, que atraviesa distintos según los
genes del insecto van apoderándose de su cuerpo. Su desmesurada energía y
potencia física inicial lo va convirtiendo en un ser irascible y egoísta; cuando
el deterioro exterior se hace irreversible, la melancolía se adueña de su mente,
hasta que elabora una solución, que desencadena el apoteósico final.
Intensa, intrigante y
bastante perturbadora, La Mosca, de
Cronenberg, sigue enganchando hasta el día de hoy, 29 años después de su
estreno. La película recaudó, en su momento, la nada despreciable cifra de
60 millones de dólares (20 millones en los EE.UU. y 40 en el resto del mundo);
éxito de taquilla que provocó el lanzamiento de una endeble secuela tres años
más tarde, dirigida por Chris Walas y sólo con Getz repitiendo personaje. A
pesar de las cifras en recaudación, la cinta carecía de la atmósfera, dramatismo
e inventiva de su antecesora, superior por donde se le mire.
Ficha técnica
Dirección: David Cronenberg
Producción:Stuart Cornfield
Guión: Charles Edward Pogue, David
Cronenberg
Música: Howard Shore
Fotografía: Mark Irwin
Montaje: Ronald Sanders, Carol
Littleton, Jim Miller
Cuando pensamos en Pixar, es probable que pensemos en Disney (dado que esta última compró a
la primera). Sin embargo, pocos saben que, en
sus inicios, Pixar se dedicaba única y exclusivamente a realizar animaciones
comerciales, para venta de computadoras y artefactos.Innovó en un software computarizado capaz de crear elementos y
personajes en 3D, con el fin de mostrar mundos más realistas.
Disney se interesó por esta tecnología y dio a Pixar la oportunidad de realizar un largometraje. A partir de entonces, grandes éxitos vieron
la luz, varios a nominados e incluso ganadores de Oscars, tanto en las
categorías musicales como en la de Mejor Película animada.
Actualmente, Pixar
cuenta con 15 largometrajes realizados,
2 en producción y aproximadamente 50 cortometrajes. ¡A continuación, te lanzamos 5 películas de Pixar que no debes dejar de
ver!
Puesto #5: Intensa-Mente (2015)
Es la película más
reciente de Pixar; completamente imprescindible en un Top-5 de este
estudio. Intensa-Mente superó expectativas, llegando a recaudarganó$90.44 millones. No sólo rompió records; también corazones. Esta
divertida película narra la historia de
una niña llamada Riley y de las cinco emociones que controlan su mente: Alegría, Tristeza, Desagrado, Furia y
Temor. Riley está en etapa de cambios, tanto emocionales por su mudanza a
una gran ciudad, como físicos, ya que se acerca a la adolescencia. Es una
película con la cual todos nos podemos identificar, habla de los procesos y transformaciones de la vida. ¡Advierto! Si eres
sensible, puede que llores. Así que asegúrate de tener una caja de kleenex
a tu lado o un osito de peluche para abrazar.
Para muchos, WALL-E es una película un poco
lenta, pero yo diría que es más bien contemplativa.
Es diferente a las otras –además- en cuanto a sus personajes, ambiente y
música. La película está situada en el
2105. Cuenta la historia de un robot olvidado llamado WALL-E (dato curioso:
el nombre de “WALL-E” está basado en el nombre de Walt Elias Disney). Nuestro
protagonista recorre la tierra –o lo que
quedó de ella- haciendo lo que está programado a hacer: crear cubos de basura y
amontonarlos. En su tiempo libre, busca elementos bellos entre toda la basura y
los colecciona. Así conoce a Eve, con quien empieza un tierno romance. El
trabajo de ella es encontrar vida sobre la tierra y llevársela a los humanos.
Mientras tanto, toda la humanidad se
encuentra metida en una nave espacial muy lejana, donde comen hasta más no
poder y viven en sus aparatos tecnológicos. No socializan entre ellos.Ahí
esperan tranquilos por alguna señal de vida desde la Tierra, que les indique
que pueden volver para empezar de cero. Esta película nos ayuda a abrir los
ojos, ya que en un futuro no muy lejano así podríamos encontrarnos. Nos enseña
que debemos cuidar nuestro planeta, alimentarnos bien y hablar el uno con el
otro. Especial para quienes gusten de
las comedias animadas y la ciencia ficción.
Puesto #3: UP (2009)
Upnos lleva hacia una
aventura en América del Sur con personajes poco usuales: un anciano
amargado, un niño scout que habla hasta por los codos, un perro que también
habla y un pájaro enorme y colorido llamado Kevin. Desde el inicio nos engancha con la historia de amor que hay
entre el protagonista, Carl, y Ellie; un amor que nació desde que eran
niños. Lamentablemente, Ellie muere, pero es ahí cuando arranca la gran
aventura. Carl decide cumplir el sueño
de su esposa, que es llevarla a ella (en espíritu) y a su casa a Paradise
Falls. Upnos enseña que nunca es demasiado tarde para perseguir nuestros sueños.
Russell, Doug y Kevin se encargan de hacernos reír en todo momento. ¡Si te
gusta la aventura, esta es la película para ti!
Puesto #2: Monsters Inc (2001)
Pete Docter, director
de la película, pensaba que, cuando los niños decían que había un monstro
en sus armarios, realmente decían la verdad. De esta idea parte la trama de Monsters
Inc, que narra la historia de una niña conocida como “Boo” (su nombre real
es Mary), quien entra accidentalmente a Monstropolis, por el descuido de un
trabajador llamado Sully (el enorme monstruos azul de lunares morados). Su
trabajo, así como el de otros monstruos terroríficos, es recolectar los gritos
de niños, para así darle luz a la cuidad. Ahora
Sully y su mejor amigo Mike, deben regresar a Boo a su puerta correcta antes de
que otros monstruos la encuentren. Monsters Inc es una tierna historia de
amistades poco comunes y de cómo afrontar nuestros miedos.
Luego de 11 años desde su estreno, Pixar sacó Monsters University, que tuvo bastante
acogida. Muchos incluso dicen que fue mejor que la original, así que no se
sorprendan si próximamente vemos un Monsters
Inc 3.
Puesto #1: Toy Story (1995)
Un clásico. No sólo
es la primera película animada de Pixar, sino también la mejor. Fue tanto
su éxito, que es la única privilegiada
con dos secuelas hasta el momento. Trata
de dos juguetes: Woody y Buzz, que empiezan siendo rivales, debido a los
celos del vaquero (Woody), tras la llegada de Buzz (el hombre del espacio). Él
teme que Andy (su dueño), convierta a Buzz en su nuevo juguete favorito (lugar
que él ha ocupado hasta el momento). Tal es su inquietud, que llega incluso a
empujar a Buzz por la ventana. Ante las acusaciones de los otros juguetes, Woody se ve obligado a buscar a Buzz para
llevarle de regreso antes de la mudanza. La travesía incluye sobrevivir a
las torturas de Sid, el niño malo de la película.
Curiosamente esta
película casi no se realiza; el equipo Pixar era aún novato y no tenía muy
en claro su objetivo, de modo que Disney
canceló la producción. Felizmente, el
grupo se puso las pilas y realizó la película, desde el inicio, en sólo tres
días, dejando a Disney con la boca abierta y bastantes ganas de ver más. ¿Se imaginan un mundo sin Woody y Buzz? *Para leer más posts de Nicole Barrera, visita su blog Disney is Everything!!!.
Con motivo del reciente remake de Poltergeist (el clásico de 1982,
dirigido por Tobe Hopper y producido por Steven Spielberg), me entró el bicho
no sólo de revisar el original, sino también de echarle un vistazo a su versión
moderna (dirigida por Gil Kenan) y hacer un post comparativo. Así que, con
ustedes… un “versus”.
Ya que nos encontramos ante original y remake (no reboot), vale
recalcar que la temática es
prácticamente la misma: una familia clasemediera americana que se halla
tranquilamente instalada en su casa, cuando una serie de eventos extraños
empiezan a amenazarles. Pronto, esos seres de ultratumba que les rodean,
establecen contacto con la hija menor, queriendo llevársela con ellos.
En cuanto al argumento, se observa diferencias menores: el nombre de los personajes ha cambiado, la niña
pequeña pasa de rubia a castaña, y la familia se muda a la casa en lugar de
haberla habitado desde siempre. Hasta aquí, encuentro un punto a favor y
uno en contra para cada uno de los filmes. Por un lado, por más superficial que
parezca, el cabello de Carol Anne (la
niña de la versión de 1982, interpretada por Heather O’Rourke) tenía un
significado específico; era parte de un simbolismo: Carol Anne era la única hija que había nacido en la casa; a partir de
ello se justificaba su poder especial para comunicarse con espíritus, y de ahí
que éstos la eligieran para ser su “guía hacia la luz”; en otras palabras,
el cabello de Carol, rubio-casi blanco –en contraste con el cabello castaño de
sus padres y hermanos-, era una alusión a la luz y al punto de que ella sea
distinta al resto de su familia. Esto se
pierde en la versión nueva, dondeMadison
(equivalente a Carol Anne, interpretada por Kennedi Clements) comparte el mismo
color de cabello que sus familiares y nunca nació en la casa (recordemos que
ellos apenas se han mudado), de modo que su poder sobrenatural es una mera
casualidad. En contraste, el tema de la mudanza le da más verosimilitud a
la historia –punto a favor de la nueva versión-, ya que es más creíble que unos
fantasmas agresivos te tomen por sorpresa en un lugar que no conocías, a que
aparezcan de la nada en un lugar que has habitado por años.
1982 2015
Sin embargo, donde más siento que se nota el cambio de un
filme a otro, es en el perfil de los protagonistas y en el reemplazo de la
anciana médium Tangina (interpretada por Zelda Rubintein), por un “caza-fantasmas”
de la tele llamado Carrigan Burke (Jared Harris). Con respecto de la película de 1982, la impresión que tuve fue la de
que se nos estaba presentando una caricaturización de la familia americana:
todos “buenos y felices”; tan buenos y felices que pecan de ñoños e insoportables.
La madre es tonta y superficial, al punto en que la vemos saltando emocionada
luego de arrastrar a su pequeña hija por la cocina, para corroborar que los
espíritus existen; el padre tiene un exageradamente patético sentido del humor,
y el hijo es un mocoso engreído. Por su parte, la hija mayor pinta un poco más
interesante por su perfil rebelde –sobre todo para la época-, pero a la hora de
la hora casi no aporta a la historia; de hecho, sus apariciones son breves y
sin importancia. Podríamos decir entonces,
que el único personaje con cierta dosis de carisma en la familia, es Carol
Anne, quien muestra una interesante mezcla entre inocencia y carencia empática
(especialmente en la escena en que, apenas ha enterrado a su pajarito –con
bastantes lágrimas de por medio-, y al segundo la vemos sonriente pidiéndole un
pez a su mamá… Esto podría interpretarse como una metáfora sobre la crueldad de
los niños, o quizás como una premonición sobre la vinculación del personaje con
un lado bastante oscuro).
La película, pues,
hace que en, en primera instancia, sintamos cierta antipatía por los protagonistas;
hasta que los elementos malignos nos llevan a colocarnos en su lugar y
solidarizarnos con ellos. Son, en otras palabras, los mismos espectros de
la casa quienes generan conexión con los personajes.
Esto se da de manera
distinta en la nueva versión, donde los roles han sido refrescados, adaptados a
la época. Se ofrece una excusa convincente para que la mujer se dedique a
su casa y se plantea la problemática del hombre desempleado (justificando también
–como parte de la crisis- sus momentos ridículos). El hijo pasa a ser bastante
más inteligente y a tener un papel mucho más importante en el rescate de la
hija menor, convirtiéndose casi en el héroe de la historia. Por su lado, la
hija mayor es marcadamente más rebelde, y si bien no logra tanta importancia
como su hermano, cuenta con más participación y visibilidad dentro de la trama.
En base a esto, podríamos decir que la
versión 2015 logra una conexión mucho más rápida con los personajes, pero a la
vez se pierde un poco el toque sarcástico y social que se ofrecía en la primera
versión. Quizás esto último no sea meramente una debilidad, sino una
necesidad acorde con los nuevos tiempos; la imagen de familia americana de la
primera película está desfasada en esta época, de modo que el tipo de crítica
también debía cambiar, aunque con ello perdiese algo de fuerza.
Lo que sí me fastidió un poco, a decir verdad, fue el cambio
de médium. Me parece que colocar a una
estrella de la tele como parte del equipo, fue una forma de recordarnos que nos
encontramos en una sociedad mediatizada; que le damos mucho peso y aplausos
a todo en que aparezca en la “caja boba”. Es interesante además que esta
estrella de la tele al final no sea lo que se espera de ella; aun así, se deja extrañar bastante la
presencia de una espiritista tradicional; de una anciana “sabia” con más pinta
de bruja que de salvadora.Creo que esta última imagen –más mística y
clasicona-, va mucho más acorde con el género de horror.
1982 2015
Finalmente, está el tratamiento visual. Es de esperarse que
cada película muestre un trabajo de efectos especiales de acuerdo a las
posibilidades de su época. Antes todo era maquetas, sobreexposiciones, stop-motion, etc. Hoy tenemos el 3D que nos
ahorra tiempo y presupuesto. Es cierto también que los efectos actuales suelen
generar más impacto y verosimilitud a la hora de observar las imágenes,
restando ese “aire de estudio” (artificialidad) de las películas clásicas. Sin
embargo, con todo y todo, pienso que el
filme de 1982 sigue siendo mucho más impresionante a nivel visual; que no
sólo para su época tiene que haber sido admirable por sus recursos, sino que
hoy en día,-con un espectador de ojo mucho más minucioso y exigente en este
aspecto-, esa artificialidad percibida
en la cinta clásica, por el contrario de restarle puntos, crea una sensación de
antigüedad macabra, que uno relaciona más estrechamente con las construcciones
viejas y las casas encantadas.
Escena clásica del filme de 1982
No está de más señalar –como quien culmina la idea-, que la escena final de la película de Tobe
Hopper (1982), es muchísimo más impactante que la del remake de Kenan; con
todos esos muertos en descomposición, prácticamente saltando de sus tumbas. Los
momentos de tensión previos también son manejados de mejor manera, canalizando
precisamente la atención y el estrés del espectador. Esto sin olvidar que, cuando se estrenó el filme, todas aquellas
formas de “susto-sorpresa” aún eran novedosas, mientras que hoy en día, están
tan tipificadas, que se vuelven predecibles.
Aloft: No Llores, vuela, es el tercer largometraje de Claudia Llosa,
directora peruana ganadora del Oso de Oro por La Teta Asustada. Este largo
poema visual, trae consigo la novedad de un idioma distinto –el Inglés-, y un
reparto de lujo conformado por Jennifer Connelly, Cillian Murphy y Mélanie
Laurent.
Paisaje congelado
Cielos blancos y azulados. La piel de los personajes se
mimetiza con la nieve que les rodea.
En medio del frío, se encuentra la enfermedad.
Nana Kunning (Jennifer
Connelly) está desesperada por salvar la vida de su pequeño hijo Gully (Winta
McGrath), quien padece de un terrible mal neuronal. En su afán por
protegerle, lo que Nana no ve, es el
malestar que está creando en su hijo mayor –Ivan (interpretado por Zen McGrath
y luego por Cillian Murphy)-, quien se
siente reprimido e incluso abandonado por su madre.
A esto le sigue un
trágico accidente. Madre e hijo se separan. Veinte años después, una periodista llamada Jannia Ressmore (Mélanie
Laurent), se convierte en el motivo de su reencuentro.
Poesía audiovisual
La genialidad de Aloft,
más que en el argumento, está en la forma. En el bien logrado dramatismo de las escenas, en el simbolismo y la
exploración íntima de los personajes.
Estos se hallan
perdidos; perdidos en un camino confuso y en sus propias vidas. Se trata de
un doble viaje: de la huida de Nana de un pasado que no soporta, y de la
búsqueda de Ivan: de su madre, y de sí mismo. Él ha crecido con el resentimiento. Se ha convertido en un ermitaño de
la nieve, en un hombre huraño que conecta mejor con las aves –a las que
entrena- que con las personas. Busca, también, construir una familia como la
que nunca tuvo, y ello se ve en la forma en que –a pesar de su propia torpeza
emocional- busca conectar con su esposa y con su hijo. Sin embargo, la necesidad de respuestas le arrastra al pasado. Es
por eso que decide acompañar a Jannia a la entrevista con su madre, quien –cual
burla del destino- se ha convertido en sanadora espiritual.
Todo se combina con
una hermosa fotografía. Los paisajes congelados son el escenario idílico para esta
historia de extravío y soledad. La música, además, enfatiza en la sensación de
angustia que se siente, al ir develando, fragmento a fragmento, el misterio
de un distanciamiento bastante crudo.
Jennifer Conelly como Nana
Sobre las actuaciones, no hay mucha vuelta que dar: sólo que
calzan a la perfección. Todos ellos saben transmitir, con naturalidad, tanto el
dolor como el vacío. Los tres actores principales han sido precisamente
elegidos. Cabe destacar el desgarro que
refleja Connelly en el momento más dramático de la historia, así como la furia de
Murphy, en un perturbadísimo Ivan recién reencontrado con su madre.
Quizás el único punto
bastante débil que le encuentro a la película, sea la presencia de ciertas
escenas fuera de lugar. Aquellos encuentros sexuales entre Nana y un
porquerizo, o los momentos de intimidad que involucran a Ivan, aparecen prácticamente
de la nada y sin la finalidad de explicar alguna cuestión relativa al problema.
Asimismo, la relación entre él y la
periodista es bastante forzada, predecible, y finalmente se pierde, tomando
en cuenta que el centro argumental les corresponde únicamente a él y su madre.
Mélanie Laurent como la periodista Jannia Ressmore
Finalmente, vale decir que Aloft: No llores, vuela, no
es una película para un paladar excesivamente sencillo o ágil. Es una
película que requiere ser contemplada y
analizada; saboreada con paciencia e incluso puede requerir más de una
visualización: una exclusivamente para sentir, y otra exclusivamente para observar.
Ficha técnica:
Dirección: Claudia Llosa
Producción: Ibon Cormenzana, Phyllis Laing, José María Morales
Guión: Claudia Llosa
Música: Michael Brook
Fotografía: Nicolas Bolduc
Montaje: Guillermo de la Cal
Reparto: Jennifer Connelly, Cillian Murphy, Mélanie Laurent