domingo, 19 de enero de 2014

Almas indomables


Por: Alexiel Vidam

Ginger y Rosa son amigas desde pequeñas. Nacieron juntas y han prometido ser mejores amigas para siempre. Sin embargo, las motivaciones opuestas, la pasión y el terror a la bomba nuclear, jugarán en contra.

Amistad y traición

Ginger y Rosa nacieron al mismo tiempo. Sus madres son amigas y vecinas, y ellas van a la misma escuela. A Ginger le interesa la poesía y le preocupa la Crisis de los misiles de Cuba. Rosa, por su parte, está más interesada por la religión y por encontrar al amor verdadero. Ambas piensan que sus madres tienen vidas aburridas y desean algo muy distinto para sí mismas. Cada una, a su modo, busca rebelarse contra una situación de sometimiento y de dependencia emocional. Esta situación las compenetra. Ginger lee para Rosa, y ella le enseña a fumar y a besar.

No obstante, su fuerte amistad entra en crisis cuando los padres de Ginger se separan. Roland, el padre de Ginger, comienza a pasar más tiempo con Rosa que con su propia hija…



Crisis existencial

Ginger & Rosa es un filme que habla de la desesperación. Los personajes viven en un ambiente amenazante (la Guerra Fría), y ellos buscan sobrevivir, aprovechar el momento, o concentrarse en el temor a lo externo para no mirarse a sí mismos.


Uno de los puntos más interesantes, es el modo en que la película trata el tema de la bomba. Se siente todo el tiempo el horror a un holocausto repentino. Algunos lo manifiestan de la forma más directa: Ginger asiste a marchas pacifistas y vuelca todos sus conflictos familiares sobre el riesgo del fin del mundo. Rosa, más bien, lo hace de forma indirecta: escapa con chicos, y deja todo en las manos de dios. Roland es un caso más complejo: comparte con su hija el sentimiento rebelde contra la guerra. Aplaude el interés intelectual y político de ella. No obstante, su radicalismo le lleva a un nivel egoísta, en que pasa por alto el sentimiento ajeno y sus deberes paternales.


Ginger está sola en el mundo. Abandonada por su padre, lastimada por su mejor amiga, y con una madre represiva y controladora. Elle Fanning  transmite perfectamente todo el temor del personaje, su tristeza, su frustración. En sus lágrimas, sentimos el desgarro de una adolescente horrorizada por la muerte y por una vida deshumanizante.


Rosa, por su parte, representa la revolución sexual. Cada roce íntimo representa un paso en su búsqueda del amor. En el fondo, busca también al padre que la ha dejado, y al pasar tanto tiempo con Ginger, acaba por acercarse también a Roland, a quien cree que comprende. De aquí la principal diferencia entre ella y su amiga: Mientras Ginger quiere salvar a la humanidad, Rosa quiere salvar a un único ser humano. El problema está cuando salvar a ese alguien, implica traicionar a otros…

Ficha técnica:

Dirección: Sally Potter
Producción: Christopher Sheppard, Andrew Litvin
Guión: Sally Potter
Reparto: Elle Fanning, Alice Englert, Alessandro Nivola, Christina Hendricks, Annette Bening
Países: Reino Unido, Dinamarca, Canadá, Croacia
Año: 2012
Género: Drama
Idioma: Inglés

martes, 14 de enero de 2014

En Vitrina

Quentin Tarantino, el “niño terrible de Hollywood”



Por: Alexiel Vidam

Ganador de dos Oscar, el Globo de Oro, la Palma de Oro y el Premio BAFTA, Quentin Tarantino es uno de los directores más destacados y representativos del cine norteamericano. Cuenta con un estilo particular, propio, que combina elementos de la cultura pop y hace homenaje a varios géneros de culto.

Quint (Gunskmoke)
La vida de Tarantino es, por lo menos, igual de irónica que sus guiones. Nacido en KnoxvilleTennessee, el 27 de marzo de 1963, Tarantino parecía estar marcado por la cultura pop desde su nacimiento, ya que sus padres le pusieron “Quentin” en honor a un personaje televisivo: el herrero mestizo Quint, interpretado por Burt Reynolds en la serie Gunsmoke (1955-1975).

No se crió junto a su padre; éste se separó de su madre antes de que él naciera. Mas bien, creció con esta última y su nuevo marido en Los Angeles, en los barrios de Torrance y Harbour City, donde a menudo interactuaba con los negros, llegando a familiarizarse con sus modos y formas de hablar. Vale decir que su cercanía con el cine de Artes Marciales también parte de allí, ya que estas películas se seguían exhibiendo en los barrios afroamericanos aun cuando la fiebre del Kung Fu ya se había enfriado. En aquella época ya acostumbraba leer historietas pulp* y escuchar rock, en gran medida, por influencia materna.

"Pulp" se refiere a historias y comics de ficción de impresión barata
y temas extravagantes.

A los 15 años, demostrando  desde ya su espíritu rebelde, abandonó los estudios superiores para pasar a ser acomodador en un cine porno. Por el contrario de lo que podría esperarse, a Tarantino no le gustó este empleo. El trabajo en el que se sintió como pez en al agua –antes de ser director- fue el que obtuvo en el videoclub de Manhattan Beach a los 22 años, donde desarrolló realmente su pasión por el cine. En paralelo, se creó un falso CV como actor, que incluía haber participado en la película King Lear, de Jean-Luc Godard, 100% seguro de que en Hollywood nadie conocía esta película. Paradójicamente, en 1985 consiguió aparecer en televisión, en una serie llamada Las Chicas de Oro, donde imitó a Elvis Presley.

"Ampay" Tarantino

Durante su desempeño en la tienda de videos, conoció también al hoy reconocido director Roger Avary (en aquel entonces estudiante de cine), y al productor John Langley, quien contrató a ambos como asistentes para su película Maximun Potential (1987), un filme sobre body building, boxeo y Artes Marciales.

Las películas de Artes Marciales también marcaron el estilo de
Tarantino.

Pero los 80s fueron importantes no sólo por el hecho de sentirse a gusto recomendando películas o asistiendo en producción. Lo fueron, sobre todo, porque fue la época en que empezó a escribir guiones. De inicio, fue un período frustrante; al parecer, a nadie le importaban sus historias. Con mucho esfuerzo, logró finalmente vender el guión de True Romance y Natural Born Killers a Tony Scott y Oliver Stone respectivamente, con lo cual pudo hacer caja para rodar su primera película estrella: Reservoir Dogs. Vale decir, no obstante, que los resultados finales de True Romance y Natural Born Killers no gustaron en absoluto a Tarantino, quien sólo figuró en los créditos como autor de la idea original.

Reservoir Dogs


La línea de Quentin

Tarantino demuestra versatilidad al haber participado en películas como Four Rooms o Sin City, que se alejan de su estilo más personal y de culto. Algo similar ocurre con su tercera película: Jackie Brown, que presenta a sus recurrentes personajes ilícitos, pero cuenta con una estructura clásica y poca violencia (o poca para ser Tarantino).

A pesar de ello, Tarantino prefiere seguir una línea propia, con sus propias características: protagonizadas por delincuentes, estructura narrativa no lineal (no siguen el orden tradicional de inicio-nudo-desenlace), sobredosis de violencia (clara influencia del cine gore), y sobre todo, un guión plagado de diálogos sumamente irónicos. ¿A qué me refiero con esto último? Pues a la capacidad del director para colocar a personajes temerarios en situaciones tan cotidianas o tan ridículas, que convierten al más temido gangster en sujeto cándido y simpático. Otra característica importante, es que al tener un héroe “malo” (o inmoral, por lo menos), el público se identifica con el malo, e igualmente, el malo siempre gana. Esto se nota especialmente en Reservoir Dogs, donde tenemos por villano a un policía, y nosotros, como espectadores, queremos que el policía pierda y los gansters se salgan con la suya.

Beatrix Kiddo (Kill Bill) es una asesina... y madre de familia.

Uno de los grandes méritos de Tarantino, es que consigue conectarnos con estos personajes atípicos, alejados de la realidad del espectador común. Los humaniza, les da rasgos que podría poseer cualquiera de nosotros. Sus delincuentes también escuchan a Madonna, van al Burger King, pueden convertirse en madres, o deciden retirarse y buscar a dios. De alguna manera, es cierto, el autor se burla de nosotros, ya que rompe con los clichés de este tipo de personajes; pero lo hace de manera ingeniosa, demostrando que no hay límites para su imaginación, y que puede construir un universo (disparatado) con tal destreza, que nos hace tragar el cuento.

Diálogo sobre las hamburguesas (Pulp Fiction)

Creo que el ejemplo por excelencia de lo que acabo de señalar se ve en Bastardos sin Gloria. Aquí no sólo nos convierte a Hitler en un sujeto caricaturesco, y al sádico nazi Landa en un tipo carismático, sino que altera por completo la Historia como la conocemos. Los nazis no pierden en batalla, ni tras el suicidio de su líder. No señores, los nazis se queman en el cine.

El "Fuhrer" (Bastardos sin Gloria)

Por si fuera poco, y sólo para sacarnos un poquito más la lengua, Tarantino nos da el remate en su siguiente filme: Django Unchained. En esta película no se mete tanto con la Historia, es verdad (si su representación del sur no es fiel a la realidad de la época, por lo menos refleja bien la crueldad que sufrían los negros), pero atenta contra el estereotipo de un héroe legendario del Spaghetti Western. El Django de Sergio Corbucci pasa a convertirse en un esclavo negro liberado y con muchas ansias de venganza.



¿Y saben qué es lo mejor de todo? Que nos lo volvemos tragar.


La escuela de Tarantino

Una de las frases célebres de Tarantino es que él no fue a una escuela de cine, sino que fue al cine. Según el autor, en las escuelas clásicas, te enseñan a ser un técnico, no un artista. “Pueden enseñar a sincronizar la banda sonora con las imágenes, o puede ser que te enseñen algunos trucos diferentes de edición. (…) Pero parte de convertirse en un artista es descubrir tu estilo, cuando empiezas con me gusta esto pero no me gusta esto otro.”

Death Proof

Partiendo de aquí, podríamos decir que Tarantino se construyó como artista en la tienda de videos donde pasó horas de horas consumiendo películas. Se dejó empapar por los spaghetti western de Sergio Leone, de Sergio Corbucci, por las películas japonesas y las películas chinas de Kung Fu, por el cine negro (o cine de gangsters), por el gore. Tomó, además, referencias de su barrio de infancia, donde aprendió las expresiones de los negros y podríamos decir que aprendió a fusionarse un poco con ellos, usando desenfadadamente la “palabra con n” (de negro) en sus filmes con frecuencia.

El Django de Sergio Corbucci

En más de una ocasión, el director ha sido censurado por utilizar esta expresión vetada en Estados Unidos. En respuesta, Tarantino alega a su derecho a escribir libremente y representar a los negros tal cual los percibe:

“Como escritor, exijo el derecho a escribir cualquier cosa en el mundo que quiera escribir. Exijo el derecho a ser ellos, exijo el derecho a pensar en ellos y exijo el derecho a decir la verdad de cómo los veo, ¿de acuerdo? Y decir que yo no puedo hacer eso porque soy blanco, pero los hermanos Hughes pueden hacerlo porque son negros, eso es racista.”

Stephen (Django Unchained)

Lo que se viene

Entre otros motivos, a Tarantino se le conoce como “el niño terrible de Hollywood” debido a su afición de lanzar nuevas ideas, volver sobre las mismas, y luego cambiar de rumbo como si nada hubiese pasado. Así, por ejemplo, hace varios años se la pasó ilusionándonos con la tercera y cuarta entrega de Kill Bill (su película de Artes Marciales). Supuestamente, la tercera debía estrenarse este año, ya que el autor estaba esperando a que las hijas de Black Mamba y Vernita Green tuviesen edad para enfrentarse la una a la otra. Sin embargo, la últimas noticias nos dicen que el autor ha desertado de esta idea y que, por el contrario, piensa mandarse con un nuevo western, que sería protagonizado por su actor fetiche Christoph Waltz. El nuevo proyecto lleva por título The Hateful Eight. El director señaló, además, que su próxima producción sería una película de terror, género que no ha experimentado aún.

Christoph Waltz estará presente en The Hateful Eight

Para quienes esperaban con ilusión el retorno de Kill Bill (me incluyo en la mancha), sólo queda aferrarse a una esperanza: que Tarantino vuelva a dar otro de esos giros abruptos “como si nada hubiese pasado”.


Sólo para fans:

Con ustedes, My Best Friend's Birthday (1987), primer trabajo de Quentin Tarantino como director (co-dirección con Craig Hamman). Esta película quedó inconclusa, pero muchos de sus elementos fueron reutilizados por Tarantino en sus trabajos posteriores, incluyendo el guión de True Romance.

lunes, 13 de enero de 2014

Humor gráfico: Un poco de poesía

Porque nunca le vimos tan romántico...

La furia de Smaug

Lucha por el reino perdido


Por: Lauro Minaya

El Hobbit: La Desolación de Smug, tiene más acción que su antecesora (El Hobbit: Un Viaje Inesperado). La narrativa, sin embargo, es la misma de la entrega anterior: el hilo conductor de toda la trama es llevado por una comunidad que busca un fin supremo. Es decir, los enanos que se dirigen a la montaña para matar al dragón, y así recuperar su antiguo dominio.

El grueso de la historia es invadido por otras líneas argumentales que dan pie al nacimiento de nuevos héroes y villanos, los cuales van cobrando relevancia a lo largo del filme. Un ejemplo claro es la aparición repentina de Bard el barquero; es un hecho que su papel es clave para el desenlace de la siguiente película.

Esta secuela muestra a un Legolas distinto. Al adquirir un rol más protagónico deja de ser aquel personaje obediente a la causa, que hace oídos sordos a los reproches continuos de un enano. Ahora es un orgulloso príncipe elfo que no oculta su desprecio hacia los parientes de Gimli. Los elfos, seres superiores, ven a los enanos como criaturas feas y grotescas, pero de aquella arrogancia surge el interés de una elfa hacia un enano: Tauriel siente curiosidad por un guerrero de nombre Kili. El príncipe elfo siente celos pero poco puede al respecto.


La película hace mención expresa a la ambición de los enanos. Beorn, un personaje con la capacidad de transformarse en una enorme bestia, alude el tema con desprecio, pero es el enano Balin quien hace mea culpa de esta debilidad, al preocuparse por el futuro de su rey. Al igual que su padre, Thorin podría quedar cegado por el oro.



El dragón Smaug es maldad pura. Es un ser creado con el único propósito de castigar la ambición de los enanos. Para el mundo del hombre, la ambición en exceso es una falta a la moral. Por el contrario, en el código de moral de los enanos, la fascinación por los metales preciosos parece no abarcar límites.

La ambición de los enanos es castigada con la furia de Smaug, quien les arrebata su reino. Pelear para recuperar lo que por derecho te pertenece no requiere de mayores explicaciones. Sin embargo, no corregir los defectos que nos llevaron hacia la ruina, podría la atención de otro dragón más adelante.

Ficha técnica:


Dirección: Peter Jackson
Producción: Carolynne Cunningham, Peter Jackson, Fran Walsh, Philippa Boyens (coproducción)
Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Guillermo del Toro, Peter Jackson
Idea original: J. R. R. Tolkien
Reparto: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Benedict Cumberbatch, Orlando Bloom
Países:  Estados Unidos, Nueva Zelanda
Año: 2013
Género: Aventura, Fantasía



*Para leer más posts de Lauro Minaya, visita Cineclub, el blog de cine de RPP.

domingo, 12 de enero de 2014

“Mi nombre es Khan y no soy terrorista”



Por: Gianfranco Hereña

“Siéntate aquí”, dice la madre de Khan. Sobre un cuaderno dibuja dos personas. Una de ellas tiene un cuchillo, la otra, un dulce. “Ahora dime, ¿cuál de ellos es el enemigo?”. Khan piensa un segundo y tras ver a ambos, responde: “Los dos son iguales”. “En el mundo sólo hay dos clases de personas: las que hacen cosas buenas y las que hacen cosas malas”.

Bajo esta premisa podemos desgajar el argumento sobre el cual gira toda la película. Mi nombre es Khan es la historia de Rizwan Khan, un musulmán que sufre de autismo. Tras la muerte de su madre, Rizwan viaja a los Estados Unidos a fin de encontrarse con su hermano menor, un exitoso empresario dueño de una línea de cosméticos.

Khan no consigue adaptarse a un nuevo país, pero lucha con su problema de Asperger y cumple con lo que se le encomienda. En su trajín recorriendo salones de belleza, conoce a Mandira, una estilista india de la que se enamora paulatinamente. Ella tiene un hijo, producto de un matrimonio forzado. Tras su separación, sólo ha tenido tiempo para dedicarse a trabajar. La lucha entre etnias impide que el amor entre ambos fluya con normalidad, pero esto no dura demasiado, ya que sólo el hermano de Khan se opone a la unión. Sin embargo, a la larga este conflicto desencadena una serie de eventos desafortunados.


Cuando ambos han consumado su matrimonio y se le otorga a Sam (hijo de Mandira) el apellido Khan, sucede el atentado del 11 de septiembre. Con ello, se inicia una serie de ataques xenofóbicos contra los musulmanes en Estados Unidos. Sam debe lidiar con una serie de problemas de acoso en su escuela. Poco a poco el “bullying” se hace más fuerte y esto conlleva al fatal desenlace de Sam.


Madira rompe con Khan, considerándolo culpable de lo ocurrido a su hijo. La única solución a su conflicto es que él mismo vaya donde el presidente de los Estados Unidos y le diga, personalmente, que ni él ni todos los musulmanes son terroristas (obviamente se lo dice de manera rabiosa, sin considerar que Khan se lo toma todo literariamente).

Khan asimila esto como una promesa y recorre el país en búsqueda del mandatario para darle el mensaje.


Un personaje entrañable

Cabe aquí una comparación, aunque odiosa, con el mítico Forrest Gump, interpretado por Tom Hanks (1994). Khan retoma algunas de sus características y el actor que lo interpreta (Shahrukh Khan) logra atraparnos con su interpretación. Su infinita inocencia -con toques de humor- refresca la trama y se vuelve una especie de “mente inspiradora”; la película adquiere, entonces, un sentimiento propio: todos queremos que Khan llegue a conocer al presidente, así nos parezca una idea descabellada y poco alcanzable.



Aunque tendría motivos más que suficientes para caer en el estereotipo doliente y lastimero del autista típico, Shahrukh Khan ha consigue una actuación brillante, digna de aplauso; mérito tanto de él como del director Karan Johar.


Sin moralejas tontas

Algo que conviene destacar es el trasfondo. Es típico de algunas películas dejar una moraleja muy explícita. Aquí hay que señalar como una virtud, que no es necesario que los personajes se comuniquen de manera tan literal; las imágenes van hablando por sí mismas. El mensaje conmueve y punto. Nos hace una introspección que rehúye naturalmente de algunas tramas típicas. Asimilarnos como humanos y no como eternos rivales es lo que me queda tras las 2 horas y 34 minutos de duración. Si en ese tiempo obtienen algún otro mensaje, queda en ustedes, pero verla es un “must” dentro de mi lista.

Ficha técnica:

Dirección: Karan Johar
Guión: Shibani Bathija, Niranjan, Christopher B. Duncan, Steffany Huckaby, Carl Marino Iyengar
Protagonistas: Shahrukh Khan, Kajol
País: India
Año: 2010
Género: Drama
Duración: 165 min

viernes, 10 de enero de 2014

“Los Juegos del Hambre”: Libros vs. Películas

Hacia el fin de la saga circense


Por: Alexiel Vidam

Por fin acabé de leer los tres libros que componen Los Juegos del Hambre, la saga futurista del norteamericana Suzanne Collins. Como ya he comentado anteriormente, no tengo un paladar muy bestsellero, pero luego de ver las dos primeras películas, me hincó el bichito de leer la obra original y comparar.

Me atrevo a decir que entre la primera novela y la primera adaptación no hay gran diferencia, salvo lo ya mencionado en nuestro post anterior de “Libro vs. Película”: mientras que en la novela tenemos por narradora a Katniss, en la película observamos todo desde tercera persona. Partiendo de aquí, el libro explora más las motivaciones y conflictos de la protagonista, mientras que la película muestra jugadas políticas que en el libro sólo podemos intuir. Cabe remarcar también que en el libro las muertes y heridas son descritas con mayor crudeza, y que se nota más el esfuerzo de la protagonista por posar ante una cámara  (según avanza en el “juego”, ella va deduciendo lo que ven los espectadores y modifica sus acciones o gestos).

En el libro se nota mucho más la necesidad de
forzar el romance para la cámara.

La segunda película, en cambio, tiene ciertas modificaciones en el guión. Algunas le hacen gran favor a la historia, como el hecho de suavizar considerablemente el nivel de cursilería en el que cae Peeta. En la primera parte, él es un sujeto astuto, que sabe exactamente cuándo y cómo debe actuar para la audiencia. En la segunda, enfatiza tanto en su amor incondicional por Katniss y en su afán de sacrificarse por ella, que cae constantemente en el patetismo. En la película también notamos con mayor claridad los sentimientos del personaje (que en la 1 están disfrazados de conveniente actuación), pero nunca lo pintan tan edulcorado como en el libro. Otro punto que se ha modificado es la cantidad de información con que contaba Katniss sobre los rebeldes. En la novela, ella ya tenía cierta sospecha sobre la existencia del Distrito 13 antes de asistir al Vasallaje de los 25; en la película, en cambio, ella ni siquiera lo imaginaba, de modo que para nosotros, los espectadores, descubrirlo fue tan sorprendente como para ella.  

En el segundo libro, Katniss se luce bastante más como guerrera que
en la segunda película.

¿En qué punto supera ampliamente el libro a la película? Una vez más, en la forma en que se explora a la protagonista. En la versión cinematográfica nos cuesta entender sus sentimientos; no sabemos exactamente lo que está pensando, y nos resulta raro verla primero besando a Gale y luego besando a Peeta sin previa introducción (hablando en cristiano, nos da la impresión de que Katniss está “trampeando” mal). En el libro, en cambio, conseguimos un nivel de cercanía con ella que nos lleva a seguirla en su confusión. Katniss analiza su amistad de años con Gale y la manera en que se necesitaban el uno al otro para sobrevivir en el 12, y la compara con su relación con Peeta, surgida de una situación trágica que sólo ellos dos pueden comprender. A la vez, entendemos que por momentos actúa más llevada por la resignación o que busca desconectarse de sus propios sentimientos desesperadamente. Muchas veces, incluso, concluye en que no tiene tiempo para detenerse a cuestionar lo que siente, ya que sus acciones deben estar centradas únicamente en conservar la vida de los que ama.

La larga amistad entre Katniss y Gale también
más explorada en los libros.

Ahora, a diferencia de lo que me sucedió con el episodio anterior, donde luego de comparar concluí en que el libro me gustaba más que la película, aquí me cuesta elegir. No sólo el hecho de que Peeta sea mucho más carismático en el filme, pesa bastante (en el libro se va volviendo cada vez más pateable); hay otros dos elementos que también suben varios puntos a la adaptación: las actuaciones de Lynn Cohen (Mags) y Philip Seymour-Hoffman (Plutarch). Cohen, en su corta participación, demuestra ser una actriz magistral, ya que no requiere pronunciar una sola palabra para tocarnos el corazón. Con un par de gestos, esta señora logra transmitirnos su preocupación, su dulzura, su sabiduría, pero sobre todo… su nobleza. Philip Seymour-Hoffman, por su parte, no es un actor para desperdiciar, de modo que el guión le cede mucho más diálogos y movimientos importantes ligados al Vasallaje y al castigo de los rebeldes. En el libro, el personaje se ve un poco desconectado; apenas aparece al principio y luego al final. De hecho, la idea de enviar a Katniss de vuelta a los juegos nunca fue suya (ni siquiera para confundir a Snow). La mentalidad maquiavélica de este personaje, en la versión escrita, es explotada recién a partir del tercer libro.

Mags y Finnick

Sinsajo, la tercera entrega, pone la valla bastante alta para su adaptación cinematográfica (que será presentada en dos partes; una a estrenarse este año, y la otra en el 2015). No me atrevería a decir que es la mejor de las tres novelas, pero sí la más estremecedora. Si en la segunda parte, ya vemos a los personajes desgarrados, al inicio de ésta los tenemos totalmente desechos. Tras perder su hogar y más de un ser querido, Katniss debe levantarse de entre los escombros y asumir su papel de Sinsajo, símbolo de la rebelión. Su tarea no será fácil; hay demasiada muerte a su alrededor, demasiada culpabilidad. Por si fuera poco, aparecen nuevos conflictos mentales, ya que sus nuevos líderes (rebeldes) utilizan varios métodos similares a los del Capitolio: manipulación, sacrificio de vidas, tortura, información alterada, propaganda.


Veamos, pues, qué nos trae esta saga el 2014.


Un regalito:

Descarga en PDF las novelas En Llamas y Sinsajo, de Suzanne Collins dando click en las imágenes.

          

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