El Regreso
de los Mutantes
Por: Susana Anavitarte
Yo soy de esas personas que, si se perdió 5 minutos de la
película, siente que lo que está viendo después no tiene sentido. Por
circunstancias de la vida -y del terrible tráfico-, llegué a la función de X-Men:
Días del Pasado Futuro, 20 minutos tarde. Sin embargo, cuando volví a
verla, me di con la sorpresa de que incluso sin esos minutos perdidos, podía
comprenderla mejor. Por si fuera poco, haciendo zapping en la tele me topé con
¡oh, sorpresa! ¡X-men 3: La Batalla Final!
Y además ¡X-men: Primera Generación! Toda
una maratón. Como resultado, hay una madeja enredada en mi mente que, por
desgracia, me ha hecho dejar de lado mi corazón hincha de Marvel Comics.
Enredo de tiempos
Centinelas |
El futuro, año 2023,
se ha vuelto un caos para la comunidad mutante; los centinelas, robots creados
por Industrias Trask, exterminan a todo ser que posea una habilidad
sobrenatural. Charles Xavier (James McAvoy/Patrick Stewart) y Magneto (Michael Fassbender/Ian McKellen) deberán unirse de nuevo junto a
sus fieles guerreros. Esta vez Kitty Pride (Ellen Page) usará sus poderes para enviar la mente de Wolverine (Hugh Jackman) a su cuerpo del pasado en los años 70, para cambiar aquel suceso que Mystique (Jennifer Lawrence)
provocó y desencadenó la actual matanza apocalíptica. Así, veremos, a lo largo
de la trama, a los personajes de siempre, como Storm (Halle Berry) o Iceman (Shawn Ashmore), y a otros nuevos como Quicksilver (Evan Peters)
o al creador de esas feroces armas destructivas, Bolivar Trask (Peter
Dinklage).
Como al inicio mencioné, existe una maraña de confusión en
mi cabeza. Y no porque esta película sea un fiasco; aviso público a la
fanaticada marvelera: van a amar extremadamente los efectos visuales que
permiten apreciar los poderes de los mutantes. En la postproducción veo que han
jugado bastante con los ritmos de velocidad -un estilo bien Matrix-
y que adornan las secuencias de acción de una forma más intensa. Presten
atención a una pelea en especial: Quicksilver
contra los policías.
Me considero una persona bastante meticulosa. Recuerdo que
personajes como Spike o Beast, versión adulta, lucían muy
distintos en X-men 3. El actor que interpretaba al primero era de rasgos
asiáticos, mientras que en el caso del segundo, su tonalidad azul era más
oscura, el cabello más caído y los ojos negros. Aunque a la larga no son
detalles que van a definir el transcurso de la historia; son pequeñas cositas
que para un hincha son inaceptables. La continuidad aquí ha sido vilmente
manoseada. Amigos cosplayers: respiren hondo y no saquen las chairas por favor.
Lamento informarles que la persona de vestuario no vio conveniente volver a
confeccionar los uniformes negros con colores del bando Xavier. Es otra
cuestión que tampoco afectará a la trama pero que molesta al sentimiento
marvelero.
En cuestiones de guión y de historia, creo que hallo el
núcleo de esta terrible bola de estambre que se ubica en mi mente y que me
sigue confundiendo. Si esta entrega supone la continuación de X-Men 3 y X-Men: Primera Generación, entonces estamos más fritos que papas de
Bembos en bajona. Porque se supone que Jean
Grey, siendo poseída por Phoenix
es quien muere en garras de Wolverine;
previo a eso, Scott había sido
asesinado por ella. Porque el Profesor X
había muerto y al parecer revivido en el cuerpo de un hombre en coma. No
sabemos en qué momento de X-Men: Días del futuro pasado,
revive y aparece junto a sus Hombres X, como si no le hubiese ocurrido nada.
Puede que en las historietas haya una explicación lógica, pero siendo sinceros,
nadie va a darse el trabajo de ir a la bodega más cercana a buscar los comics y
tratar de entender esto.
El marketing que nos vendía la idea de meter a casi todos
los mutantes favoritos resultó, a mi parecer, una tremenda estafa. Warpath, Toad,
Colossus, Blink y otros más solo tienen una pequeña participación y no el
protagonismo equitativo esperado por el público. Sin embargo, acompañan bien y
una vez más los efectos visuales permiten plasmar sus poderes tal y como los
habíamos imaginado. Aquí pudimos ver más habilidades de Kitty Pride –entre nos, mi mutante favorita, o una de mis “must
be”-. No sólo es capaz de traspasar el material más resistente, sino que
también puede retroceder el tiempo en intervalos medianos, como por ejemplo 2
semanas atrás o un mes.
Mutaciones e interpretaciones
Para calentar los motores, les va con todo mi cariño la
parte en la que hablamos -ojo, nada de rajar- de las actuaciones. Hugh Jackman siempre va a ser Wolverine, definitivamente le queda
bien ese personaje. De estilo desenfadado; un tipo que no le invita su whisky a
un alma desahuciada y que no tiene reparos en tirarte un puñetazo en la cara. James McAvoy me ha gustado bastante
porque nos mostró la otra cara de Charles
Xavier: No fue siempre el chico bueno, positivo y líder que hemos conocido.
Tuvo un momento de su vida en el cual perdió las esperanzas y se echó al
abandono. En esta secuela en particular, no utiliza mucho la telekinesis y le
da mayor intervención a otros mutantes igual de poderosos. Michael Fassbender es uno de esos actores a los cuales ser villano
le va bien; porque no solamente es hacer fechorías y canalladas. También tiene
su corazoncito, a los fans más tiernos les da la chance de pensar que en algún
momento Magneto dejará de lado las
asperezas hacia los humanos y volverá a ser el “viejo amigo” de Charles.
Hubo una colaboración corta pero bastante divertida que me dejó
deslumbrada. Mi pensamiento sobre los actores de televisión en películas ha
mejorado gracias a eso, y ya espero con ansias la secuela en 2016. Evan Peters (Quicksilver), la super estrella de las 3 temporadas de la aclamada
serie American Horror Story, nos muestra
a un joven travieso, astuto, loco e infantil, que aparenta usar su extrema
rapidez para fines mediocres como molestar a la gente o robar cosas sin que
nadie se dé cuenta. Pero su interpretación nos deja sin aliento y nos hace
cuestionarnos: ¿será tentado por el bando de Magneto, de los resentidos
sociales o elegirá batallar por el bien junto al Profesor X? 2016, espero que
nos sorprendas.
Creo que se ha descuidado mucho la esencia de algunos
personajes. Kitty Pride es una jovencita
sumisa, dulce y con poses femeninas casi de niña. Aquí la noté medio ahombrada
y desgarbada. Ellen Page es una
actriz bastante excepcional, pero siento que parte de su persona en la vida
real fue plasmada en su rol de la ficción.
Ellen Page como Kitty Pride (Shadowcat) |
Para aquellos que me conocen y que incluso leen mi Facebook,
voy a aclarar algo. No creo que Jennifer
Lawrence carezca de talento actoral; es más, si miran películas
independientes en las que ella inició su carrera, se darán cuenta de que su
registro naturalista es bastante agradable y convincente. Siento que el
marketing, la fama, la exaltación de su belleza y otras variantes la han
sobrevalorado. Concuerdo con muchos críticos en que su papel como Raven/Mystique ha sido el “más tela en
la historia de los X-men”. Porque esta
mujer es sensual, desinhibida, maléfica; es una adolescente descarriada,
enfundada en una piel camaleónica color azul. Su performance fue muy plana,
tratando de camuflar su falta de actitud, como lo exigía el personaje. Era una
chica buena intentando ser mala. Muchos que salieron de la sala decían a voz en
cuello “nunca igualará a Rebecca Romjin Stamos” (la Mystique de las primeras
películas). Confío en que para la próxima secuela, esto cambie.
Jennifer Lawrence como Raven/Mystique |
De la estrella de Juego
de Tronos, Peter Dinklage, no
puedo hablar mucho ya que su personaje tampoco fue recurrente. Era preciso, es
decir, era el típico científico fascinado por lo extrahumano que intentaba
hacer algo en bien del pueblo.
Resumamos: Es una película que entretiene, sorprende, pero
que deja demasiadas incógnitas y frustra un poco a los fans. Ah, cierto.
Esperen a que acaben los créditos. Hay un regalito especial de parte del
director, los guionistas y todos los involucrados en que los mutantes
permanezcan vivos en el cine.