Por: Alexiel Vidam
Como decía anteriormente, el Oscar se venía lleno de
sorpresas… y más de las que esperaba. Comenzando porque, en contra de mi propio pronóstico, mi favorita para el Oscar se llevó
la estatuilla máxima. Spotlight,
película que rinde homenaje al periodismo de investigación y que denuncia el
encubrimiento de la Iglesia Católica a los sacerdotes pederastas, marca, desde
mi perspectiva, un nuevo hito en la historia de la premiación. Quizás no se trate
del filme más innovador de la lista en cuanto a recursos técnicos o estilo
narrativo, pero se trata de una película
con evidente mensaje autocrítico. Aquí los gringos no son los héroes, sino que
la sociedad norteamericana se convierte en cómplice de los crímenes más
sórdidos, y es un grupo de avezados periodistas el que decide dejar de hacerse
de la vista gorda y comprarse el problema. Ya se observaba, como señalé en mi post anterior, varios cambios
interesantes en los criterios de premiación, pero aun así, este resultado me ha
parecido tan inesperado como interesante.
Otra gran galardonada fue The Revenant (El Renacido), que se llevó tres estatuillas: a Mejor Director (Alejandro Gonzáles Iñárritu), Mejor Fotografía (Emmanuel Lubezkii), y la tan esperada estatuilla a Mejor Actor... a Leonardo DiCaprio.
Por otra parte, los
fans de DiCaprio estarán felices… y también quienes no somos sus fans pero
sentíamos que ya le tocaba (“al César lo que es del César”, como dice el
refrán). Creo que en general todos esperábamos ya este galardón, e incluso nos
sentíamos más ansioso por saber quién se llevaba el premio a Mejor Actor, que
el de Mejor Película. Bien merecido el Oscar, y es que, sin muchas líneas, la gestualidad del personaje convencía a la primera,
y la resistencia del propio actor a las dificultades climáticas del rodaje, era
otro mérito que tampoco se podía dejar de lado. En cuanto a su principal
competidor, Eddie Redmayne, también considero que lo hizo bastante bien, pero
me sigo quedando con su actuación en La Teoría del Todo, donde pienso que además el guión le daba más pie a
lucirse, mientras que en La Chica Danesa,
paradójicamente, que el vestuario y el maquillaje le robaban un foco a la
propia interpretación.
“Muchas gracias a toda la Academia por este increíble honor, The Revenant es el producto de sacrificios incansables por un increíble elenco y equipo. Su apoyo incondicional y compromiso con este proyecto es la única razón por la que estoy en condiciones de aceptar éste premio. Ésta victoria es también una importante oportunidad para traer más atención al cambio climático y a la acción que debe ser tomada por todos nosotros ahora mismo.” - Leonardo DiCaprio
La verdad es que me quedé un poco decepcionada de que Carol–otra de mis favoritas- no obtuviese ningún premio, pero hay que admitir que la
tenía difícil. Ha competido en varias categorías de Mad Max: Fury Road, que
hasta ahora no me convence a nivel argumental, pero se le reconoce el gran
mérito en la parte de la producción. Audiovisualmente,
Mad Max Fury: Road es un monstruo
impresionante; la capacidad del equipo de arte para transformar a los
personajes, de todas maneras demostraba un esfuerzo notable (una vez más, “al
César lo que es del César”). Siguiendo con Carol,
Cate Blanchett tampoco se llevó el Oscar
a Mejor Actriz, en contra de mis propios deseos, pero de igual modo era una
categoría bastante peleada; Brie Larson
nos convenció a todos con su desgarrado papel en Room, tomando en cuenta además, que se trata de una
película con un foco muy específico, donde la calidad de la misma prácticamente
dependía de ella y del actor que interpretaba a su hijo (Jacob Tremblay). El premio a Mejor Guión Adaptado sí me
pareció completamente injusto. El guión de Carol mantuvo totalmente mi atención, mientras que con La Gran Apuesta me empezó a dar sueño y
tuve que apagar la pela a los 48 minutos (y nunca la volví a prender…).
Brie Larson se llevó el Oscar a Mejor Actriz por su impresionante papel en Room
En la categoría Mejor
Actriz de Reparto, totalmente de acuerdo con el galardón para Alicia Vikander (de
hecho, ya lo había mencionado en mis predicciones del post anterior). También
la tenía reñida, pero me pareció, de entre todas, la más convincente. En su contraparte, la categoría Mejor Actor
de Reparto la cosa fue menos predecible, pues las distintas premiaciones a
nivel internacional habían reconocido a diversos actores en esta área. Mark Rylance, fue quien se impuso con su interpretación de espía ruso en Puente de Espías; un personaje que
se caracteriza más que nada por sus silencios, sus frases entrecortadas pero
profundas, y una mirada reflexiva. Considero que estuvo bien ganado, aunque mis
preferencias iban hacia Mark Ruffalo (Spotlight)
o hacia Tom Hardy por su convincente papel en El Renacido.
"No es justo Will, haces una película buena y no te nominan. Pero tampoco fue justo que te pagaran 20 millones por Wild Wild West".
"Que Jada (Pinkett Smith) boicotee el Oscar es como que yo boicotee los calzones de Rihanna. Es decir, de qué me quejo si nunca me invitaron"
- Chris Rock en la entrega del Oscar 2016
Acerca de la
premiación en sí, lamentablemente debo decir que ha sido una de las más sosas
que recuerdo. Por una parte comprendo el llamado a la reflexión que ha
querido hacer el presentador Chris Rock,
acerca de que debería haber más papeles importantes para los negros (ya que el
problema de fondo no es si los premian o no, sino que al haber menos papeles
para ellos, también tienen menos probabilidades de ganar), pero sentí que el
hombre se la pasó toda la noche
despotricando contra los blancos, lo cual evidentemente era incómodo para
los presentes… y aburrido para los televidentes. Los chistes eran repetitivos y estaban cargados de ácido, además que
tampoco entendí el afán del presentador de agarrárselas contra Will Smith,
quien, en todo caso, estaba protestando de forma más certera y menos
escandalosa que él.
"Til it happens to you", la emotiva canción de Lady Gaga dedicada a las víctimas de abuso sexual.
A mi parecer, un
mensaje llama más a la reflexión si se suelta –cual dardo- una sola vez y bien
lanzado. Al convertirse en una ametralladora de quejas, Chris Rock nos hizo
sentir abrumados (o por lo menos a mí, y a varios de los que conozco), y eso,
más que provocar un cambio, suele provocar un fastidio (de hecho, si la
Academia empieza a tomarlo en cuenta, enhorabuena, pero, por desgracia, creo
que es más probable que se lo eche a la espalda y no vuelvan a convocar al
presentador). Con la única excepción de
la parodia a La Chica Danesa (que
debo admitir que sí me dio risa), los chistes de Rock me parecieron bastante
malos (de hecho, su “ocurrencia” de las galletas, me pareció una mala copia
de lo que hizo Ellen DeGeneres con la pizza). Finalmente, debo decir que, a nivel de espectáculo, fue una premiación
bastante “misia”, donde lo más destacable fue la emotiva canción de Lady Gaga y
la aparición de los androides de Star
Wars en escena. Esperemos que para la próxima edición, las cosas
mejoren.
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